El papa Francisco publicó la encíclica “Laudato Si” en la que exhorta a “tomar conciencia” de la problemática del medio ambiente, con críticas al “calentamiento global” y sus “graves consecuencias”, además de lanzar severas reflexiones sobre la falta de vivienda y el acceso limitado al agua potable y rechazar los “poderes económicos” y al “consumismo exacerbado”. En el texto, además, propone una “ecología integral, que incorpore claramente las dimensiones humanas y sociales”.

“La tierra, nuestra casa, parece convertirse cada vez más en un inmenso depósito de porquería”, diagnostica el sumo pontífice en el texto titulado “Alabado seas. Sobre el cuidado de la casa común”, divulgado hoy por el Vaticano, en el que con la mira puesta en los problemas ambientales no deja de remarcar que “los países pobres necesitan tener como prioridad la erradicación de la miseria y el desarrollo social de sus habitantes”. La tierra “clama por el daño que le provocamos a causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella. El medio ambiente es un bien colectivo, patrimonio de toda la humanidad y responsabilidad de todos”.

El texto está atravesado por algunos ejes temáticos que analizan el tema de la creación desde una perspectiva interdisciplinaria y hacen foco en “la íntima relación entre los pobres y la fragilidad del planeta, la convicción de que en el mundo todo está conectado, la crítica al nuevo paradigma [neoliberalismo] y a las formas de poder que derivan de la tecnología [tecnocracia]”.

Pese a esto, el Papa diagnostica que muchos de los que “tienen más recursos y poder económico o político parecen concentrarse sobre todo en enmascarar los problemas o en ocultar los síntomas, tratando sólo de reducir algunos impactos negativos del calentamiento”. En este sentido, cuestionó el dominio de la tecnocracia sobre “la economía y la política” y enfatizó que “el mercado por sí mismo no garantiza el desarrollo humano integral y la inclusión social”.

El núcleo de la propuesta de la encíclica es una ecología integral como nuevo paradigma de justicia que “incorpore el lugar peculiar del ser humano en este mundo y sus relaciones con la realidad que lo rodea”. Asimismo, Francisco denuncia en Laudato Si que “el dominio absoluto de las finanzas no tiene futuro y sólo podrá generar nuevas crisis”, por lo que demanda “revisar y reformar entero” el sistema. Para ello, reclama “liderazgo político” que “no se someta a la economía” y a un “paradigma eficientista”. También fustigó “la salvación de los bancos a toda costa, haciendo pagar el precio a la población”, y consideró que el consumismo obsesivo es el reflejo subjetivo del paradigma tecnoeconómico”, continúa en esa línea.

En este marco, se enfocó en “la escasez de vivienda” en las grandes urbes como un problema central, e instó a “urbanizar los barrios de casas precarias” en lugar de “erradicar y expulsar” a sus habitantes. Y recordó el “trágico aumento de los migrantes huyendo de la miseria empeorada por la degradación ambiental, que no son reconocidos como refugiados en las convenciones internacionales y llevan el peso de sus vidas abandonadas sin protección normativa alguna”.