Menos mal que Susana Trimarco tiene la fuerza que tiene. Porque cuando a cualquier otro le darían ganas de darse por vencido, ella promete que seguirá peleando.

"No derramé una lágrima y el corazón sigue teniendo las mismas fuerzas. Voy a dar mi vida para que esto no quede así", declaró Susana después de conocer la sentencia que absolvió a los 13 acusados por el secuestro y privación de la libertad de su hija, Marita Verón.

Marita cayó víctima de una red de trata en abril de 2002, en la provincia de Tucumán, cuando no existía ninguna ley de trata en el país y cuando los prostíbulos no estaban prohibidos. Desde entonces, su mamá, Susana, la busca.

La ha buscado por todo el país, y en el camino liberó a más de cien mujeres que estaban reducidas a situación de servidumbre. Después de diez años de lucha logró que trece personas fueran llevadas a juicio, un grupo de gente con vinculaciones políticas que regenteaba prostíbulos entre Tucumán y La Rioja, entre los cuales había un ex policía.

Los tres jueces, Alberto Piedrabuena, Emilio Herrera Molina y Eduardo Romero Lascano, consideraron que el secuestro no fue probado y que los testimonios de las víctimas de redes de trata habían sido demasiado vagos. Es fácil cargar sólo contra esos jueces. Porque nunca supieron quiénes eran las víctimas.

Después de un juicio de diez meses, a Susana Trimarco la hicieron esperar cuatro horas y no le dieron un espacio para que pudiera escuchar el veredicto.

Mucho peor fue el trato que le dieron a las mujeres que lograron escapar las redes de trata: compensaron su valentía permitiendo que los abogados defensores se ensañaran con esas mujeres y las destrataran por prostitutas.

Es probable que haya que buscar también las causas de la absolución en la manera en que la causa se investigó antes de llegar a la instancia del juicio oral. Mejor dicho, la manera en que NO se investigó.

Porque ya sabemos cómo protegen en muchas provincias la policía y el poder a quienes lucran con la prostitución.

El gobernador de la provincia, José Alperovich, ahora se rasga las vestiduras y promete acompañar el pedido de jury contra los jueces impulsado por Marita. Pero el gobernador, que lleva 9 años en el poder, prohibió hace tan sólo cuatro meses las whiskerías y de nombres eufemísticos dedicados a la prostitución.

Y su esposa, la presidenta provisional del Senado, la esposa del gobernador, Beatriz Alperovich, declaró hoy que la prostitución siempre existió y seguirá existiendo.
Susana debió recordarle hoy que la prostitución no es lo mismo que la trata.

Los acusados no pudieron ser juzgados por el delito de trata, porque no existía cuando se produjo el secuestro de Marita. Ahora existe gracias a la lucha de Susana Trimarco.
Sin embargo, para ser eficaz, necesita incorporar algunas modificaciones que están trabadas en el Congreso.

El Senado hizo los cambios necesarios en el 2011, para que el consentimiento, si eso puede existir, de la víctima no exima de responsabilidad al victimario. Pero la reforma quedó estancada en Diputados.

El fallo, tan desigual, tan desproporcionado con relación a la lucha de Susana, que hasta Michelle Obama le mandó a decir que está conmovida. Cristina Kirchner, siguiendo con la polémica con el Poder Judicial, dijo que cada vez es más evidente el divorcio entre la gente y la justicia, y prometió impulsar la democratización de la justicia. Susana contó que la había llamado y se lo agradeció.

Supongo que el jury contra el tribunal podrá prosperar en este clima. Pero Susana Trimarco necesita una respuesta. Todos necesitamos como sociedad una respuesta a tanta impunidad.

Porque pasaron ya diez años de la desaparición de una mujer que salió de su casa para no volver. Por suerte ahora sabemos que a Susana Trimarco no la van a vencer.