Tragedia griega
¿Pudo ver el patético show de Guillermo Moreno? Se lo recomiendo si le gustan las emociones fuertes.
¿Pudo ver el patético show de Guillermo Moreno? Se lo recomiendo si le gustan las emociones fuertes. Tal vez le provoque nauseas pero vale la pena verlo porque es la síntesis más brutal y descarnada de un gobierno que perdió el rumbo y la iniciativa política, que no sabe como salir de su laberinto y que apela al patoterismo de estado salpicado con actitudes payasescas y decadentes.
El mismo Moreno que ya había copado con gente armada el INDEC, según denunció Horacio Verbitsky, se metió de prepo en la asamblea de accionistas del Grupo Clarín. Llevó de las narices al vice ministro de economía Axel Kiciloff, al frustrado procurador Daniel Reposo del guerrero que ganó fama por malversar su curricullum, a Marta Cascales en su doble condición de escribana y esposa y a un grupo de tareas paraperiodísticas del amigopolio K que no tenía autorizado el ingreso a un acto administrativo de una empresa privada.
Fue una suerte de Armada Brancaleone. Moreno se mostró como un capanga. Ordenó a los camarógrafos que filmaran todo, a los editores que apuraran la “compaginación” y al pobre policía de la federal que estaba en el lugar le dijo que quedaba bajo su responsabilidad. Un comisario político atento y vigilante. Después vinieron los gritos, los insultos y los agravios hacia las autoridades presentes. Acusaron a los directivos de Clarín alternativamente de ser inútiles pero de atentar contra las instituciones; de no saber como ganar dinero pero de haber participado en crímenes de lesa humanidad. Una repugnante provocación destinada a allanar los caminos para la intervención de la empresa. Al principio Moreno dijo: “Mirá todo lo que vamos a tener” y señaló las instalaciones. Y al final se despidió planteando que querían divertirse un poco”.
Moreno es un agrio que trabaja de ogro. Pero tiene todo el derecho del mundo a divertirse. Sería bueno que no lo haga poniendo en riesgo todavía más a los argentinos.
Porque los dos verdaderos ejecutores de la economía que diseña Cristina estuvieron varias horas divirtiéndose mientras el dólar negro trepaba peligrosamente por arriba de los 9 pesos. La economía se les está escapando como una tortuga. La industria confirmó cuatro trimestres seguidos de caída en su producción. La inflación envenena toda la actividad y se mantiene altísima pese a los congelamientos y a los balbuceos negadores y temerosos de un tal Lorenzino en cuya tarjeta de ministro de Economía dice Hernán pero que fue rebautizado como “Me quiero ir”.
Moreno no es Moreno, es el brazo ejecutor y la versión menos glamorosa de Cristina. Pero es uno de los hombres de mayor imagen negativa de este gobierno. No solo por sus modales groseros, chabacanos ni por su exhibicionismo de guapo de papel que muestra guantes y armas a sus interlocutores. Esas provocaciones son fuegos artificiales. Jueguito para la tribuna. El es el responsable de muchas de las injusticias sociales que este gobierno no resolvió o multiplicó. Es el salvaje que a través de la falsificación de las estadísticas públicas asegura que se puede comer con 6 pesos en este país y que esa persona no es pobre. O el último delirio farsesco: según el INDEC en La Rioja no hay indigentes.
Da vergüenza ajena. Irrita que se oculten pobres, hermanos hambrientos, argentinos que sufren bajo una máscara inventada por Moreno. Y encima se da el lujo de levantar el dedito y dar cátedra. Es un elefante en un bazar que por controlar y censurar a Clarín se llevó puesta la libertad de prensa con la censura publicitaria privada y estatal y con sus inventos surrealistas destruyó la actividad inmobiliaria que era uno de los máximos generadores de empleo.
La justicia no avaló ni dio por cierta ninguna de las acusaciones que ayer le hicieron a Clarín. ¿Cómo responden? Huyen hacia delante y se quieren llevar puesto todo el poder judicial con la Corte Suprema incluida. Hace falta cirugía fina y se comportan como dinosaurios con guantes. Se les podría sugerir una idea. Si quieren destruir el periodismo independiente, no hace falta que tiren abajo toda la Argentina. Imiten a Chávez y expropien todos los medios de comunicación que no se venden. Los medios que no existen y se cansan de perder plata nuestra y lectores, oyentes y televidentes ya son de su propiedad. Ahora hagan la gran Chávez. Digan:”Exprópiese” y listo. Todos los medios de comunicación exitosos serán de Cristina y Moreno y se terminarán los problemas. Pero tal vez un día llegue una periodista extranjera y haga su trabajo. Tal vez se le ocurra preguntar: ¿Qué pasó con la libertad en la Argentina? Y se desate una tragedia griega.