UNEN la democracia social
Margarita Stolbizer está que vuela. Dijo que Sergio Massa es un vende humo y que está cansada de que el peronismo resuelva su interna en la sociedad.
Margarita Stolbizer está que vuela. Dijo que Sergio Massa es un vende humo y que está cansada de que el peronismo resuelva su interna en la sociedad. Y una parte de razón tiene. No tiene toda la razón, porque también es cierto que cuando la franja socialdemócrata o de centro izquierda republicana de los partidos presentó alternativas sólidas y competitivas, pudieron cosechar votos y ganar elecciones más allá de las divisiones del peronismo.
La jefa del GEN es una pieza clave del Frente Amplio Progresista y de su sociedad con el radicalismo. En la provincia que explica casi el 40% del padrón van a tener que pelear muy duro, codo a codo junto a Ricardo Alfonsín para evitar que la elección se polarice entre Cristina y su principal enemigo dentro del peronismo que puede ser Massa o De Narváez. Es una lucha desigual. El frente progresista tiene muchas virtudes como la honradez de sus candidatos, la capacidad intelectual de varios de ellos y su respeto irrestricto por las libertades y la división de poderes. Nadie deja de reconocerles esos valores.
Pero también es cierto que cargan con una mochila de piedras y es el abandono anticipado del poder cuando les tocó gobernar con Alfonsín, De la Rúa y hasta con Angeloz en Córdoba. Es un estigma que los persigue y que solo puede ser vencido haciendo una gestión estable y eficiente en un gran distrito. Por eso el mejor ejemplo que tienen, su arma predilecta contra el fantasma de que nacieron para ser opositores es la provincia de Santa Fe. Allí pudieron demostrar que son capaces de convivir en una coalición como la chilena distintas vertientes como los socialistas de Hermes Binner y los radicales que preside Mario Barletta. Mejoró la calidad de vida de los rosarinos primero y de los santafesinos después. No tuvieron excesivos terremotos pese a que desde el gobierno de Cristina les tiraron piedras todo el tiempo y les hicieron campañas sucias de todo tipo.
Hasta “narcosocialistas” llegó a decirles el jefe de La Campora. Por supuesto que ningún gobierno es perfecto y el de Santa Fe mucho menos. Pero casi no se registran casos de corrupción ni persecución a opositores y la situación social es similar a la del resto del país. Esa provincia es la principal fortaleza de la democracia social que proponen. En Córdoba con Oscar Aguad y en Mendoza con Julio Cobos tienen posibilidades de consagrarse ganadores en las urnas.
Si eso se verifica en la práctica, de inmediato, ambos dirigentes quedarían primeros en las listas de presidenciables junto a Ernesto Sanz que no compite directamente por una banca. En ese plano, Alfonsín perdió terreno porque será el segundo en la lista de candidatos. Algunos dicen que eso demuestra su generosidad y otros que eso habla de los límites que tiene por ahora. El armado que construyeron en la Capital Federal es un logro que debe subrayarse. Es casi la única interna abierta de verdad.
Los porteños lograron un primer gran acuerdo que bautizaron como UNEN: que sean los vecinos los que ordenen las candidaturas. Será apasionante porque eso los obligó a postular a dirigentes de mucho valor y a las pruebas me remito: Carrió, Pino Solanas, Terragno, Lousteau, Alfonso Prat Gay y Ricardo Gil Laavedra son algunos y solo algunos de los mejores diputados o senadores que pueden ser. El mensaje de dirimir democráticamente y con la participación popular y no por el camino de los oscuros acuerdos de cúpula bajo la mesa es un viento de aire fresco. Es un conglomerado de voluntades que prometen ser incorruptibles y tienen pergaminos para asegurarlos y que es casi imposible que transen con alguna variante del cristinismo.
Ellos dicen que sus bancas aseguran que no habrá reelección ni colonización de la justicia, ni impunidad para los corruptos y que pueden avanzar en una alternativa seria de poder para el 2015. Hay radicales, socialistas, integrantes de Proyecto Sur, de Libres del Sur y variantes del ARI y la Coalición Cívica. En el camino, solo perdieron a los sectores más intransigentes de la izquierda. Pero están casi todos los que proclaman defender la democracia y la republica y darle un contenido social.
No tienen un camino fácil. Pero prometen dar batalla y estar a la altura de la historia. Solo la historia dirá si lo lograron.