Bou clavó un golazo de tiro libre y puso a Racing en la punta
En el Sur, el equipo de Cocca venció por 1-0 a Quilmes con una bomba del delantero a tres minutos del final.
El gol del conjunto que conduce Diego Cocca lo convirtió el delantero Gustavo Bou (10 en el certamen), a los 41 minutos de la segunda etapa.
Racing, con el triunfo (el tercero consecutivo), llegó a 32 unidades, la misma cantidad que River; mientras que Quilmes, que hace dos fechas que no gana, se quedó en el último puesto con 12 puntos.
El equipo visitante, con un 4-4-2 flexible, jugó mal en el primer tiempo, más allá de la chance que desperdició Bou, a los 32 minutos, y sólo conservó el cero en su arco por su arquero Sebastián Saja, quien le contuvo un penal a Sebastián Martínez, a los 41m.
Pero Quilmes, con un 4-3-2-1, dispuso de un par de ocasiones más por intermedio de Adrián Fernández (22m.) y Nicolás Cabrera (22m.).
La diferencia entre un equipo y otro en los 45 minutos iniciales estuvo en la intensidad, presión y actitud, pero ambos fallaron en la definición.
El DT Cocca en el entretiempo realizó una variante que le dio buenos resultados: el ingreso de Iván Pillud por Marcos Acuña.
Con eso, Racing tuvo mayor equilibrio en la mitad de la cancha y así generó algunas chances de gol en los pies de Ricardo Centurión (2m. y 6m.) y Bou (12m.) y en la cabeza de Yonathan Cabral (17m.).
Pero el equipo de Avellaneda chocó una y otra vez con la seguridad del arquero Walter Benítez, que tuvo una buena actuación.
Encima, sobre los 29 minutos, Racing se quedó con diez jugadores por la expulsión de Cabral (doble amarilla) y todo se le hizo más difícil.
Quilmes, que también terminó con diez por la roja a Alan Alegre, tuvo en Brian Sarmiento a su mejor jugador, y a Cabrera y Fernández en dos buenos interlocutores, pero su mejor momento fue en los 45 minutos iniciales cuando fue superior.
Racing, a los 41 minutos, se puso en ventaja con el gol de tiro libre de Bou, con cierta complicidad de Benítez, y en el descuento Gonzalo Klusener se perdió el empate.
En el final hubo disturbios en la platea de Quilmes entre los barras y socios y también quedó como anécdota el enojo de Diego Milito por su reemplazo. Aunque con el triunfo todo quedó en el olvido.