No pudo ser en la primera jornada. Soñábamos con un 1 a 1. Era la ilusión para el primer día. Estuvimos muy cerca.
Ahora no hay que lamentarse y seguir prendidos para el dobles. Todavía no se perdió. Habrá que luchar hasta la última bola.
Es un momento para analizar y no caer en el exitismo de muchos. Juan Mónaco se midió contra el mejor jugador de la historia sobre canchas lentas. Rafael Nadal es un monstruo desplegando todo su arsenal sobre tierra, corriendo, transpirando, con su coraje y su garra. Pico puso todo lo que puede, pero no alzanzó. Una furia española lo arrolló, como ya había hecho su enorme trabajo en la semifinal al barrer a los franceses Gasquet y Tsonga. Menos mal que su tío Tony, y además si coach, había declarado que Rafa estaba cansado...menos mal!


Después vino la batalla que esperábamos. Un partido para cualquiera, con dos jugadores en un nivel muy alto de juego. Es cierto que Juan Martín le costó entrar en el match, cuando en el primer set estuvo impreciso. Pero después tuvo una reacción notable contra un gladiador que pelea todas, que corre cada pelota como la última en su vida. David Ferrer es un frontón, una pared. Es como cuando contratas una máquina lanzapelotas, te devuelve todas. Sobre tierra se debe hacer un gran esfuerzo para ganarle. Delpo lo hizo. Reaccionó y lo tuvo cerca. Fue una pena porque no lo pudo rematar. Contábamos en la transmisión que el tandilense debía ganar en el cuarto, ya que luego se le complicaría por un tema físico. Ya en el quinto los dos tenistas estaban agotados, pero el español aguantó un poco más y se llevó el punto crucial de esta serie final.


Hay que seguir confiando. Tenemos que luchar en el dobles para intentar ganarlo y llegar hasta el domingo con chances. Por todo el esfuerzo realizado Argentina no se merece perder hoy.


Delpo cumplió un gran papel a pesarde la derrota y ahora deberá pensar en su recuperación física para estar listo para mañana. Y no es Juan Martín saldrá a la cancha David Nalbandian. Pero no hay que anticiparse, primero está el dobles y él hay que concentrarse y apuntar a una victoria.


Vamos que todavía se puede. No hay que rendirse.