El conjunto 'pincharrata', que llegó a las 30 unidades en la clasificación, volcó el marcador a su favor, a través de un penal convertido por Diego Mendoza, a los 34m. de la segunda parte.
Por su lado, el elenco de Mataderos continúa una increíble racha de ineficacia: sumó su decimonoveno encuentro sin ganar (ocho empates, once derrotas) y prosigue en la última colocación, con apenas 8 unidades.

El conjunto 'verdinegro' que dirige Rubén Forestello terminó con diez hombres, a causa de la tarjeta roja que vio Sebastián Grazzini, a los 42m. de la primera parte.

De principio a fin, los conducidos por Gabriel Milito fueron más. El elenco platense fue el único que quiso desnivelar, buscó con insistencia por las bandas, a partir de las buenas prestaciones de Lucas Rodríguez y Juan Sánchez Miño.

Al minuto de juego, nomás, el delantero Mendoza había exigido una buena intervención del guardavallas visitante, Alejandro Sánchez.

En los 8m. del primer tiempo, el elenco de Mataderos tuvo una chance muy clara, con un remate de Fernando De la Fuente, que se fue desviado. Pero fue un auténtico espejismo.

Sin ser un torbellino, Estudiantes exigió, generó situaciones (al menos cuatro, inclusive un cabezazo de Mendoza que pegó en el poste) y mereció la diferencia en esos 45m. iniciales. Y, encima, el elenco visitante se quedó con diez, luego de que Grazzini 'se pasara de rosca' y vio la roja que le mostró el juez Fernando Espinoza.

En el segundo tiempo, la tendencia se profundizó. Estudiantes aprovechó el retraso de la defensa 'verdinegra' y buscó por distintos medios. Igualmente, el resultado parecía no alterarse.

Hasta que a los 33m. un centro al área encontró la mano ¿casual? de Rodrigo Espíndola y el árbitro sancionó penal. La ejecución de Mendoza (fuerte y al palo derecho) propició un tardío efecto de justicia.

Estudiantes ganó y se entusiasma con seguir en los puestos de vanguardia. Chicago es la contracara: sabe que tiene un destino prácticamente marcado y preferiría que el campeonato terminara lo más rápido posible.