Como era previsible, los comisarios no modificaron la sanción contra Lewis Hamilton por el choque a Max Verstappen en el GP de Gran Bretaña. Red Bull había presentado 'evidencias' al pedir una revisión el viernes último y que se concretó hoy, dejando todo como estaba en el campeonato. La escudería austríaca se jugaba el tute de que le quitaran otros 10 segundos y perdiera al menos la victoria, pero los comisarios consideraron que los testimonios y datos aportados por los demandantes "no constituyen nuevas pruebas".

Pero no nos engañemos: Red Bull sabía que su demanda no tenía futuro. Lo que buscan desde Milton Keynes es dejar a la FIA en presunta evidencia ante el público protegiendo a Mercedes. Pedir el agravamiento de la sanción sólo busca producir un acontecimiento que puedan incluir como eslabón de una cadena que invocar hacia el final del campeonato para condicionar decisiones de los comisarios. Así de sutil y despiadada es la disputa en la F1, y el toque de Ham a Max lo expresó cabalmente, para lo bueno y para lo malo.

El campeonato sigue en 185 puntos para el neerlandés y 177 para el inglés, que si vence en Hungría con vuelta rápida se irá puntero a las vacaciones de verano boreales. Hamilton ganó ocho veces aquí, pero la estadística está contaminada por el dominio de Mercedes: es un circuito más favorable a Red Bull, aunque habrá que ver si las carcasas más duras para los neumáticos estrenadas en Gran Bretaña le solucionaron definitivamente los problemas de calentamiento y desgaste al equipo alemán (otro 'favor' de la FIA que invocar por parte de Red Bull, aunque la verdad es que los neumáticos viejos estaban que explotaban, literalmente).

Hamilton aseguró que llamó a Verstappen tras la carrera, lo que fue confirmado por Max. "Nadie de nosotros quiere ver a otro piloto lesionado o dolorido, ni nadie quiere hacerle daño en pista. En Mercedes estamos concentrados solamente en este fin de semana. Llamé a Max después de la carrera para preguntar si estaba bien y le dejé claro que por mi parte el respeto seguía ahí, quizá no sea recíproco, pero está todo bien", acotó con esa insidiosa acidez de prima donna que le sale tan bien. Y agregó: "Repetiría el ataque de Silverstone de la misma forma".

Por otra parte, el genial piloto británico destacó el avance de la F1 en el rechazo al racismo. Fue al comparar lo vivido en 2007, en plena lucha con Alonso, y donde nadie salió a decir nada, con el comunicado de la FIA tras la aberrante ola de insultos contra él tras la última carrera en Silverstone.