F1: otra cómoda victoria de Verstappen, McLaren sigue en zona de podio
El ritmo de la escudería color 'papaya' se hunde al final de los stints, pero les alcanza para ser la referencia detrás de los austríacos. Grandes remontadas de Pérez y Russell. Ferrari y Aston Martin, cada vez más anónimos. Alpine, fuera de combate en la largada por un misil chino.
Otra cómoda victoria de Max Verstappen en el GP de Hungría de F1. El neerlandés tramitó con la solvencia de siempre la ventaja no abismal que tiene Red Bull en aspectos clave de la performance. Le alcanza para dominar tiránicamente el campeonato ante la debacle de Pérez (que sigue remontando desde atrás hasta el podio) y la paridad histórica del segundo para atrás.
Hoy los McLaren volvieron a sorprender con un buen ritmo de Carrera y, ante la mediocre largada del poleman, Lewis Hamilton, pudieron ponerse segundo y tercero (Piastri-Norris) detrás de un Max implacable.
En la largada la otra nota emotiva la dio el chino Guanyu Zhou, que ayer hizo historia liderando la Qualy 2 y hoy largaba quinto. Pero el Alfa Romeo, que parece haber encontrado algo en ritmo de Clasificación, se hunde en Carrera (una realidad similar al otro cliente motor de Ferrari, Haas). Además, Zhou se quedó clavado en la largada, lo pasaron todos y cuando frenó en la Curva 1, muy tarde, se llevó puesto a Ricciardo (había clasificado y largado muy bien en su retorno a la máxima), que se llevó puestos a los Alpine y los sacó de Carrera.
Después la Carrera se ordenó en el habitual trencito de Hungaroring, con Russell remontando desde el fondo, Pérez desde un poco más adelante (igual que Sainz Jr, que arrancaba con Blandos; George y Checo lo hicieron con Duros, la mayoría con Medios).
La tórrida temperatura de Budapest a esta altura del año llevó el desgaste de neumáticos a altísimos niveles, y no había chances de parar una sola vez. Y el Blando no prometía más de diez o doce vueltas. A partir de la Vuelta 10 empezaron a entrar los Blandos y algunos desesperados con otros compuestos, y a partir de allí la mayor parte de los avatares de la Carrera los procuraron las paradas en Boxes.
Los McLaren los corren bastante bien de atrás a los Red Bull, pero mientras el coche austríaco mantiene mucho más el ritmo a lo largo de todo el stint, el auto inglés se cae mucho al final de cada stint. Eso se vio en Silverstone y volvió a comprobarse hoy. Eso terminó dibujando una diferencia abismal entre Max y los McLaren, y puso a tiro a un atribulado Norris para un aguerrido Pérez, hasta que el mexicano se quedó sin neumáticos y un Hamilton en modo terminator empezó a acosarlo en procura del podio.
La Carrera, en síntesis, fue procesional, pero no anodina del segundo puesto para atrás. A la gran tarea de Norris (segundo), Pérez (tercero), Hamilton (cuarto con una labor pétrea), Piastri (sorprendente, este pibe, el mejor debutante en varios años), se le puede sumar la otra vez impávida remontada de George Russell desde el décimo octavo hasta el sexto puesto (llegó detrás de Leclerc, pero el monegasco recibió cinco segundos de sanción por ir demasiado rápido en el pitlane y quedó séptimo en la clasificación final).
Luego vienen los desaprobados. En primer lugar, como siempre que no lidere, Ferrari. El equipo parece beneficiado en su gris medianía por la enorme paridad general; en una buena parada o una buena estrategia o un sorpasso oportuno podés engañar al estómago con un podio que no llena pero conforta. No fue lo que les pasó este fin de semana, y se fueron como llegaron, anónimamente.
Luego está Aston Martin. Desde que los equipos empezaron a incorporar las primeras mejoras (GP de España), los británicos de capitales canadienses empezaron a hundirse en un anonimato no muy distinto del de Ferrari. Este fin de semana no estuvieron en ninguna parte y sólo les alcanzó para rascar los dos últimos puntitos... a Albon, Bottas, Ricciardo...
Para colmo, en el caso de equipos de nivel incierto como Ferrari, Aston Martin y Alpine, se les suma este crecimiento en Qualy de equipos como Haas, Williams y, este fin de semana Alfa Romeo.
En cuanto a Alpine, a todos los errores dirigenciales (esta semana echaron al voluble Laurent Rossi, que ya reventó tres equipos técnicos en Renault-devenido-Alpine y empezaba a amenazar la conducción de Szafnauer) se le suma que están orinados por un dinosaurio. Además de que les crecen los enanos (McLaren era el rival directo y en dos carreras quedó en otra galaxia en la tabla de Constructores), el toque de Zhou los quitó de combate antes de saber si tenían para aunque sea dar pelea por los puntos chiquitos.
Un buen retorno, más allá de los avatares negativos, para Ricciardo en Alpha Tauri. Pudo sobrevivir y llegar cerca de los puntos con el peor auto, y superó a un Tsunoda que no debería representar rival para el nivel histórico del australiano.
En F3, esta mañana temprano (en el infame horario de las 8.30 hora de Budapest... 3.30 de la Argentina), Franco Colapinto aprovechó su muy buena posición de salida para saltar del cuarto al tercer lugar en la Carrera Principal del campeonato más juvenil de la FIA y sigue sexto en el campeonato, a dos fechas (cuatro carreras) de concluir el campeonato. Son en Spa y en Monza, desafíos mayúsculos para estos pibes de, en general, 18 a 20 años.
La acción de la F1 (con sus dos teloneras principales otra vez) seguirá la semana próxima con el GP de Bélgica, en un circuito marcado a fuego por las varias muertes de pilotos en los últimos años (la más reciente, hace sólo semanas en la Fórmula Alpine). Definido como el mejor circuito por la mayoría de los pilotos, complejo para el setup e indescifrable desde lo climático, siempre promete ser un carrerón, y quizá es uno de esos lugares en los que los Red Bull pueden perderse alguna victoria.