F1: Pérez aguantó el ritmo de Verstappen y ganó el GP de Arabia
Max largó décimoquinto, llegó segundo y se llevó el punto por la vuelta más rápida. Alonso llegó tercero, perdió el podio por un tardío recargo de 10 segundos, pero horas después la FIA le quitó la sanción.
Red Bull está en otro nivel en el inicio de la F1 2023. En Continental Web el comentario merodeó la pretemporada y la primera fecha en Bahréin: un año que pinta muy parecido al 2004. En ese momento, Ferrari tuvo la superioridad más incontestable de la historia, y el equipo revelación (el otro que pudo ganar una carrera además de los italianos) fue el BAR deviniendo Honda que manejaban Jarno Trulli y Jenson Button, un paso por delante del resto de la parrilla pero varias zancadas por detrás de Ferrari. El GP de Arabia sigue confirmando esa sensación para 2023.
Alonso largó mejor en Jeddah y le sacó el primer puesto a Checo Pérez, pero el asturiano le duró cuatro vueltas al tapatío (además, el español recibió una sanción de cinco segundos por acomodarse mal en el cajón de salida).
Después, Checo se escapó adelante sin remedio. Alonso lo persiguió tenazmente, prendido a la zona de DRS para alejarse de los Mercedes, pero también fue una batalla instantáneamente perdida en cuanto el muro de Red Bull le ordenó a Pérez apurar el ritmo.
Mientras tanto, Max, desde la décimo quinta posición, se lo tomaba con calma en las primeras vueltas, y recién comenzaba a remontar posiciones a partir de la tercera vuelta, con el DRS habilitado.
El contraste es, otra vez, Ferrari. Ayer en Continental Web se sospechaba que alguno podía intentar un stint con el Blando, viendo el bajo desgaste de Jeddah y con un Duro muy difícil de calentar. Red Bull está tan sobrado que parecía que Max podía intentarlo desde el pelotón; pero lo hizo Leclerc, y le alcanzó para llegar hasta donde podía: la zaga de Sainz Jr, al que un Safety Car salido justo después de su parada (y la de Leclerc) le arruinó el domingo, igual que a todo Maranello. Por lo demás, están en un pañuelo Aston Martin (un pasito adelante), el atribulado pero eficiente Mercedes y la conmocionada Ferrari; incluso se sumó este fin de semana, un pasito atrás, Alpine, por delante del resto.
El pelotón (Haas, Williams, Alpha Tauri, Alfa Romeo, McLaren) está nítidamente atrás, pero mucho más cerca de la Pole de la F1 que el año pasado. Todo este año, el gap entre la punta y la cola de la parrilla ha estado en torno al 2% y este fin de semana (con pocas zonas lentas) estuvo claramente por debajo de ese índice.
La carrera no tuvo demasiados incidentes que le dieran incertidumbre al resultado, salvo la picada loca entre los dos pilotos de Red Bull: Verstappen intentando alcanzar a su compañero de equipo, Pérez calcando las vueltas del bicampeón reinante y mostrando la verdadera diferencia con los demás: en torno a un segundo en Jeddah (un abismo).
El postcarrera estuvo enturbiado por una demasiado tardía sanción a Fernando Alonso porque el equipo cumplió mal la sanción de 5 segundos en boxes sin tocar el auto (el Nano se había colocado mal en la grilla de salida). El Reglamento Deportivo indica una duplicación de la sanción, con lo que el héroe de Aston Martin perdía 10 segundos de tiempo total y el podio con el imperturbable George Russell (otra vez fue más que Ham, por una uña como casi siempre). Sin embargo, horas después la propia FIA consideró tardía y exagerada la sanción (sin dudas la pueblada en las redes sociales influyó: los tiempos que corren) y la revocó, manteniendo el centésimo podio de Alonso en la F1.
En este contexto, el campeonato transcurrirá con Red Bull haciéndose el chancho rengo para que no le capen más el desarrollo, porque, como se vaticinó en Continental Web el año pasado, la ventaja acumulada por el equipo austríaco violando el límite presupuestario cuando el reglamento estaba más abierto (este año y los dos siguientes estará prácticamente congelado) les debería alcanzar para dominar la F1 hasta que los nuevos motores de 2026 barajen de nuevo la parrilla.
Sería bueno para el espectáculo que Red Bull perdiera ese 'medio segundo' del que ha hablado Helmut Marko para referirse a lo que perderán por el menor tiempo de uso del túnel de viento. No obstante, si están a entre 0,75 segundo (Bahréin) o un segundo (Jeddah) del resto, les debería alcanzar para ser campeones con la fusta bajo el brazo al menos este año.