F1: primera victoria de Russell en el Sprint de Brasil
Max eligió mal los neumáticos y nunca encontró el ritmo. Gran segundo puesto de Sainz Jr. El domingo, los dos Mercedes pueden ganar porque miman las gomas mejor que nadie.
George Russell ganó su primera carrera de F1 (no es un Gran Premio... es un Sprint... sea lo que signifique esto en el cerebro de su creador, Stefano Domenicali) de manera brillante desde el punto de vista conductivo. Algo que sigue confirmando el talento de este joven británico que todavía no encontró su techo. Pero además, Lewis Hamilton, remontando desde más atrás, llegó tercero acosando a un fantástico Carlos Sainz Jr, que, sin tener que entrar en Boxes, tenía más posibilidades de concluir la competencia sin que Ferrari le destruyese el día.
Este final de temporada de Mercedes, tras un comienzo horrible, recuerda aquel gran final de temporada de Williams-Renault en 1991: ya estaba afuera de la lucha por el campeonato, pero fue el preludio del mejor coche de la historia. Esto no quiere decir que Mercedes va a ser tan aniquilador en 2023 como lo fue Williams en 1992-93, pero sí que el equipo alemán parece estar en forma para pelear el campeonato el año que viene. Esta es la mejor noticia que se puede contar a esta de altura de un campeonato definido brillantemente por Red Bull y Verstappen, pero ganado demasiado pronto ante la ausencia de rivales.
Dicho esto, contextualicemos lo que pasó este sábado en Interlagos. Primero: Max Verstappen eligió correr el Sprint con Medios (una solución que le vino muy bien anteriormente en este tipo de justa), y los Pirelli se develaron nuevamente inmunes al desgaste, una realidad palpable en este final de temporada y que ilustra lo mucho que avanzaron todos los equipos en la comprensión de las gomas y de sus autos. Segundo: más allá del error del neerlandés, los Mercedes mimaron los Blandos mucho mejor que los demás. Tercero: esta vez los Blandos de la Ferrari de Sainz Jr no se derrumbaron; si bien faltando tres o cuatro vueltas el madrileño ya no tenía más goma, le alcanzó para aguantar a un siempre agresivo Lewis Hamilton.
El heptacampeón británico estaba exultante con el 1-3 de Mercedes esta tarde. Es que sabe, después de su peor año a nivel resultados desde aquel 2009 de doble difusor, que la primera victoria está al acecho. Las chances crecen carrera a carrera, pero acá Red Bull no apareció tan vivaracho y cómodo como en toda la segunda parte del año: los Mercedes son cada vez más camorreros y, como aves de presa que son, sus dos pilotos huelen sangre.
Mañana, incluso sin lluvia, sigue siendo Interlagos y puede pasar cualquier cosa. Pero, además, hay mano a mano entre Red Bull y Mercedes: una gran noticia para este domingo y para el 2023, a cuenta de una Ferrari que deberá resucitar (por enésima vez) el año próximo mientras tiembla la silla de Mattia Binotto en Maranello. Desde las 15, el circuito de Interlagos se las arreglará otra vez para entregarnos una de las mejoras carreras del año.
En cuanto al pelotón, asistimos a una debacle autoinfligida de Alpine, 99% culpa de Esteban Ocon, que le destruyó el auto y el Sprint a su compañero de equipo Alonso peleando en la Curva 4 por una posición de morondanga, y al cabo fue perdiendo rendimiento y resultó superado al final por su compañero asturiano, que había tenido que entrar a Boxes. El bicampeón español terminó furioso y debió morderse la lengua para no declarar frases hirientes contra el francés.
También hubo mucha ¿torpeza? de Stroll, sacando de pista a su compañero de equipo en Aston Martin. Sebastian Vettel, en estado lamánico a dos carreras del retiro y en uno de sus circuitos fetiche, comentó ‘OK’, y lo pasó en la vuelta siguiente. El canadiense, candidato a peor piloto de la F1 en 2023 una vez que ya no esté Latifi, fue sancionado con 10 segundos de recargo. Y hay que mencionar finalmente a Kevin Magnussen, que lideró tres vueltas y después se dejó pasar para hacer su carrera (buscando el puntito del octavo puesto, cosa que logró: well done).
Para mañana, a falta de las agotadoras sanciones por cambios de piezas de motor en el final de la temporada (este parece el fin de semana más tranquilo en media docena), las posiciones finales de este Sprint serán las de largada en Interlagos. De allí la lucha denodada por puestos absurdos de Q2.