Victoria fundamental de Verstappen en los Estados Unidos. En una carrera tensa, esquemática y estratégica (como en Turquía y en general en todos los circuitos Tilke), Hamilton y el neerlandés protagonizaron un duelo de proporciones titánicas en donde el que se equivocaba perdía.

Al principio, se equivocó Max: condicionado por las declaraciones provocadoras de Hamilton (que para eso las hace) sobre luchar a muerte en la Curva 1, el neerlandés largó 'para el costado', intentando 'estrangular' a Lewis. Resultado: Hamilton largó acelerando recto por lo sucio, llegó con mejor tracción a la Curva 1 y pudo 'estrangular' a Max en la difícil salida hacia la Curva 2, que era donde importaba.

A partir de allí, Verstappen apretó todo lo que pudo a Hamilton hasta que sus neumáticos se prendieron fuego. Paró en el final de la Vuelta 10 y a partir de ahí empezó a aniquilar la diferencia con Hamilton puntero. El británico aguantó hasta la Vuelta 13 (error estratégico de Mercedes) y quedó atrás de Verstappen. Vuelta a empezar.

En el pelotón, Bottas se debatía sin inspiración intentando atravesar el muro de autos un segundo o un segundo y medio más lentos, Leclerc se escapaba cómodo en el cuarto puesto, Ricciardo primereaba a Sainz en el inicio de la carrera y Alonso se peleaba con todos y casi siempre perdía o lo sancionaban.

Desde la Vuelta 20, la carrera se volvió esquemática, y con sólo dos contendientes: Checo, obligado a usar dos juegos de neumáticos Medios por falta de un segundo juego de Duros, penó mucho con las gomas amarillas y no pudo seguirles nunca el paso a los dos aspirantes al título.

En la Vuelta 29, Max hizo su segunda entrada a Boxes para volver a calzar Duros, y a Hamilton le marcaron en la vuelta siguiente el objetivo +6. Al final paró en la Vuelta 37 y ahí empezó una remontada épica por el ritmo demoledor.

El equipo Mercedes le había dicho a Lewis que "todo" se iba a decidir "en las últimas tres vueltas". El inglés tardó mucho menos en ponerse en la estela de Verstappen, pero a partir de allí, en parte esperando un mayor desgaste en los neumáticos del piloto de Red Bull, en parte por el aire sucio que generaba el coche puntero, y en parte no menor por la sólida conducción de Max, la diferencia se congeló en torno al segundo.

En las tres vueltas finales, Hamilton pudo ponerse prácticamente a tiro de DRS, pero se vio que lo que el Mercedes recortaba en lo recto, el Red Bull lo recuperaba en lo rápido: Max hizo lo que le pidieron, conservar sus neumáticos traseros para tener chances de victoria, y lo hizo. Victoria por una uña dle neerlandés que vale doble a nivel psicológico: hoy le ganó a un Lewis Hamilton en uno de sus grandes días; sobran los dedos de una mano para contar a los pilotos que pueden jactarse de ello.

F1: victoria de campeonato de Verstappen contra un Hamilton en modo Terminator