Ibargüen dice que quería otra medalla, la de oro
A pesar de hacer historia con un último salto magistral que le dio la primera medalla de plata al atletismo colombiano, Caterine Ibargüen se fue con sabor agridulce de la pista londinense y con la ilusión de conseguir otra presea, "la de oro".
La triplista, con una marca de 14.80 metros en el último intento, recuperó la segunda plaza que le había arrebatado minutos antes la ucraniana Olha Saladuha y consiguió así una histórica plaza justo el día cuando se cumplían 20 años de la primera medalla de una atleta colombiana, el bronce de Ximena Restrepo en 400 metros de Barcelona 1992.
"Sé que es histórica, la primera después de 20 años y es muy bonito. Pero tenemos talento para seguir haciendo historia", aseguró Ibargüen (12 de febrero de 1984), que no se conforma con la medalla de plata y apunta hacia el cajón más alto del podio en Río de Janeiro.
Solo 18 centímetros le faltaron para conseguir su objetivo, los que separaron sus 14.80 metros de los 14.98 que marcó la campeona olímpica, la kazaja Olga Rypakova.
La colombiana se postuló muy temprano como una de las rivales a batir en esta prueba con un 14.45 en su primer salto que la colocó en la primera posición posicional hasta que fue superada por la kazaja.
Con esta marca, Ibargüen se mostró más relajada, sabedora que tenía casi asegurado el puesto en la fase final y concentrada solo en alcanzar a Rypakova.
En su tercer intento la atleta de Apartadó se consolidó en la segunda posición con un 14.67 pero que aun se quedaba lejos de su mejor marca histórica (14.99 metros) y la mejor de la temporada (14.95).
La saltadora sabía que podía dar más, "tenía buena marca pero la podía mejorar" dijo, y lo hizo justo en el momento preciso, como lo hacen las grandes estrellas.
Después de ir segunda durante toda la prueba, Ibargüen vio como en su último salto, la ucraniana Olha Saladuha despertaba y con un salto de 14.79 metros la superaba en la clasificación.
Con todo el estadio olímpico contemplándola, a la colombiana no le temblaron las piernas y realizó un magnífico salto con el que marcó 14.80 metros, un solo centímetro de diferencia que la hace entrar en la historia del deporte colombiano.
Sin embargo, ni la plata ni la notable marca fueron suficientes para Ibargüen.
"Desafortunadamente me quedé corta en el último salto, tuve un fallo técnico pero trabajaré para seguir mejorando. Estoy contenta con mi medalla de plata y a la próxima espero llegar en mejores condiciones y ganar yo el oro", aseguró la saltadora, que dedicó el éxito a todos su compatriotas "para que la disfruten".
Con el podio de Ibargüen, Colombia ha conseguido ya cuatro medallas en la capital británica, doblando así su récord histórico de dos preseas que obtuvieron tanto en Atenas como en Pekín.
"Con estas cuatro medallas ya hemos cumplido nuestro objetivo y lo que venga a partir de ahora es un premio. Además, es la primera medalla de plata en atletismo justo cuando se cumplen veinte años de la de Restrepo. Es un bonito homenaje para ambas", dijo a Efe Ciro Solano, jefe de la misión olímpica colombiana.
Después de cosechar mediocres resultados en salto de altura, la colombiana empezó a despuntar el año pasado en triple salto en una carrera meteórica que, tras quedar tercera del mundial de Daegu y campeona de los Panamericanos, la ha llevado hasta el segundo cajón del podio olímpico que le sabe a poco.
"¿Qué pensé mientras me daban la medalla? Que quería otra, la de oro", dijo, ya con la vista puesta en Río de Janeiro.