Juan Mónaco: "Jugar la Davis es una motivación para seguir"
El tandilense se despidió rápido de Nueva York al caer ante Tsonga en cuatro sets; a los 30 años, encuentra felicidad al representar al país por la Ensaladera.
A los 30 años, Juan Mónaco busca más motivación. Pico siente que tiene detrás una muy buena carrera, pero en este año los resultados no acompañaron su esfuerzo. Retrocedió muchas posiciones en el ranking -aparece 99° esta semana-, y eso afectó sus planes. Ayer le tocó despedirse en el debut en el US Open . En Nueva York llegó dos veces a octavos de final (2007 y 2011), pero en nueve ocasiones dijo adiós a la primera de cambio.
Esta vez, su verdugo fue el francés Jo-Wilfried Tsonga . Pico bordeó lo que podría haber sido un excelente resultado. Dio batalla durante un largo rato, pero finalmente se inclinó por 6-3, 4-6, 7-6 (3) y 6-1, contra un adversario que dio muchas oportunidades; sin embargo, entre las que se le fueron al tandilense y las que recuperó el galo, la balanza se inclinó del lado del N° 10. Tsonga estuvo lejos de ser el que ganó Toronto hace algunas semanas, pero cuando estuvo bajo presión respondió: un ace para levantar un 4-5 y 30-40 en el tercer set y otros dos aces en el 5-6 y 15-40 del mismo parcial. El clon de Muhammad Ali escapó de las cuerdas y noqueó en el tie-break y en el cuarto set. "Siento que hice lo que pude; sabía que en los momentos importantes él iba a tirar con más confianza, y es mérito de él haber jugado bien en los break-points que tuve. En los puntos críticos, esta clase de jugadores ven la situación más clara, y la pelota no les quema", dijo Pico, que compareció ante la prensa con bolsas de hielo en las dos muñecas. "Es por prevención", explicó.
Pero Mónaco también habló de los problemas que lo aquejan y de su realidad. "El año pasado, después de perder la semifinal de la Copa Davis, me faltó motivación, tenía muchos dolores en las muñecas y tenía que tomar pastillas para poder jugar, no lo soportaba más. Pensé en recuperarme bien, en meterme de nuevo en buenas posiciones, pero me costó más de la cuenta; hubo falta de motivación, de ritmo de juego, lesiones; me dolía la espalda, la rodilla, fueron lesiones que me pusieron trabas en el camino, y es difícil motivarse para entrenar después de una carrera como la que hice. En los últimos torneos me fui sintiendo bien, con fuerzas para seguir compitiendo en este nivel, y voy a seguir intentando, pero no sé hasta cuándo, porque voy a completar once años en el circuito y el cuerpo y la mente se van desgastando. Aunque siento que todavía puedo y hay espejos en varios jugadores mayores que yo que están muy bien. Éste es mi laburo y aún disfruto de ganar y de competir; defiendo apenas 45 puntos de acá hasta marzo del año que viene, tengo muchísimo para progresar, y eso también me ayuda a pensar para volver a estar dentro de los 50 mejores; después veremos. Hay que sacar puntos; no me quiero presionar. Me cuesta armar ahora un calendario porque no entro en muchos torneos, pero si toca jugar qualy o algún challenger, lo haré; cuando estás 100 del mundo, es lo que toca".
¿Y la Copa Davis ? "Las ganas siempre las tengo. Hubo resultados que no se dieron y otros que sí, porque la Davis me dio muchas alegrías; siempre prioricé la Copa en mi calendario, y eso lo saben mis colegas y los capitanes; representar a la Argentina me hace feliz, y esa ya es una motivación para seguir jugando. Que un capitán me convoque me reconforta y me anima para seguir peleándola y jugar por Argentina. Yo no tengo súper objetivos como ganar un Grand Slam o un Masters 1000, pero sí de representar al país, y hacerlo lo mejor posible. Y no me importa si me toca jugar singles o dobles".