Marcos Patronelli, el campeón del Dakar en cuatriciclos, llegó a a Santiago de Chile donde fue homenajeado junto al resto de los pilotos ganadores del rally, en una emotiva entrega de premios.

En una fiesta ambientada con música y el ensordecedor ruido de los motores, los seguidores del Dakar coparon las calles de la capital chilena de más de siete millones de habitantes, que por primera vez era sede de la meta de la competencia.

La jornada de clausura se realizó en un circuito callejero de 16 kilómetros, a lo largo del cual se apostaron centenares de miles de fanáticos, entre ellos familias enteras, que felicitaban y extendían sus manos para saludar el paso triunfal de los pilotos.

Uno a uno y durante horas, los pilotos pasaron con sus coloridos vehículos, respondiendo a los saludos de los fanáticos con una pirueta o el rugido de sus motores, que fueron celebrados a rabiar por el público.