Las sensaciones no pudieron haber sido mejores para la legendaria dupla argentina. Alrededor de las 11 de la mañana, Gisela Dulko y Gabriela Sabatini ingresaron a la pista Suzanne Lenglen, la segunda con mayor capacidad de Roland Garros, para volver a sentir en su cuerpo la sensación que genera el deporte que marcó sus vidas profesionales.