En el fútbol hay una frase hecha que debe ser desterrada: el jugador juega donde quiere. Y no siempre es o debe ser así. Los contratos implican un vínculo al que dos partes acceden y por ende se comprometen por un tiempo determinado. Si cambian de opinión en el medio, puede haber lugar a la negociación o no.

Parece que no en todos lados los jugadores hacen lo que quieren. La NBA, que tiene sus propias reglas, es bastante más estricta con esta clase de caprichos y así parece demostrarlo la decisión tomada por los Philadelphia 76ers, que sancionarán a Ben Simmons con 300 mil dólares diarios de multa cada vez que no se presente a entrenar.

El base australiano es una de las grandes figuras del equipo. Durante años, la franquicia hizo la apuesta por mantener la dupla de Simmons con Joel Embiid, el pívot camerunés, con el objetivo de que maduraran juntos y en algún momento le brindaran al equipo todo aquello que prometían.

Pero eso jamás pasó. La dupla, apuntalada por los más diversos jugadores de buen nivel, nunca llevó a la franquicia a competir por el título. Incluso, el nivel de Embiid fue en aumento, pero el de Simmons decreció. Desde 2018, cuando ganó el premio al rookie del año, lejos de afianzarse pareció perder confianza.

Terminada la temporada pasada, luego de una nueva eliminación temprana en semifinales de conferencia, los directivos decidieron poner a Simmons, que apoyó la medida, como moneda de cambio. Sin embargo, y pese a que tuvieron contactos con otros equipos, no llegó la oferta adecuada, y a un mes del inicio de una nueva liga, los 76ers lo cuentan como parte del equipo. 

Ante tal situación, el basquetbolista intentó presionar y amenazó con no presentarse a entrenar para forzar su salida, aún ante una oferta no adecuada para su equipo. Pero, desde Philadelphia se pusieron totalmente firmes y no están dispuestos a ceder. Para convencer al jugador de recapacitar, se concentrarán en su bolsillo. 

Si Simmons pretende conservar la totalidad de su sueldo y no perder una suma que incluso para una superestrella de su talla es significativa, deberá adecuar sus intereses a los de su equipo y al contrato vigente: tendrá que presentarse a entrenar y jugar.