El nuevo film confirma el regreso a la pantalla grande del fantástico mundo del escritor J.R.R. Tolkien, que inspiró la anterior saga del realizador neocelandés Peter Jackson, "El Señor de los anillos".

Continuando con la moda de filmar precuelas en forma de saga, tal como hiciera George Lucas con “La guerra de las galaxias”, Peter Jackson dividió en tres la historia de Bilbo Bolsón, el protagonista de la nueva aventura de la Tierra Media, en esta trilogía que mañana dará a conocer su primera parte.



Conocedores del tema por haber adaptado la anterior trilogía, Jackson, Fran Walsh y Philippa Boyens, a quienes se les sumó el talentoso Guillermo del Toro, lograron establecer el ritmo y definir tiempos para que hasta el espectador menos versado en hobbits, elfos, orcos y trolls pudiera seguir la trama sin problemas.

Viejos conocidos de la entrega anterior, como Ian McKellen (Gandalf), Ian hola (Bilbo anciano), Elijah Wood (Frodo), Hugo Weaving (Elrond), Cate Blanchett (Galadriel), Christopher Lee (Saruman) y Andy Serkis (Gollum), se unen a Martin Freeman (Bilbo joven) y a Richard Armitage, Ken Stott, Graham McTavish, William Kircher, entre otros, conformando los trece enanos cuya misión es derrotar a un dragón y recuperar su antiguo hogar en las montañas.

El origen de "El Hobbit" y “El señor de los anillos” es el mismo: el fatal descubrimiento de un poder que desatará la gran guerra contra el ángel caído.

Es la eterna lucha entre el bien y el mal, que funciona como una gran metáfora religiosa.

Como en la primera y superexitosa trilogía, Jackson -siguiendo la propuesta literaria de Tolkien- centra su universo en el hombre común, el habitante tranquilo y trabajador que es arrancado de su hogar por una batalla que no es suya, pero que compromete la supervivencia de su pueblo y en la que participará con honor y coraje.

Esa simpleza, el ingenio y la practicidad puesta a prueba en los mayores infortunios es la que hace de los hobbits -los más pequeños, los considerados menos capaces por las otras razas- los personajes ideales para encarnar los valores que resalta Tolkien.

En esta primera entrega, Jackson y su equipo creativo adhirieron a un concepto narrativo clásico con elementos de suspenso, humor y actuaciones que están puestas al servicio de una monumental puesta en escena que nunca distrae de lo básico: contar una buena historia.

Esto último vale también para el excelente uso dado a los adelantos tecnológicos como el 3D y el HRF, que dobla la cantidad de fotogramas por segundo y deja de lado al HD.