'Las voces' de Pablo Torre y Jean Pierre Noher sobre el nuevo filme
A seis años de su última película, Pablo Torre vuelve a la carga con "Las voces" para poner en primer plano a un patético ventrílocuo (Jean Pierre Noher) que inicia su trágica historia a finales de la década del 40.
A seis años de su última película, Pablo Torre vuelve a la carga con "Las voces" para poner en primer plano a un patético ventrílocuo (Jean Pierre Noher) que inicia su trágica historia a finales de la década del `40.
Protagonizada también por Ana Celentano, María Socas, Alejandro Awada y con la presentación de Wanda Brenner, la nueva cinta del autor de "El amante de las películas mudas", "La cara del ángel" y "La mirada de Clara", supone un nuevo e intrincado desafío.
A la muerte de su madre hipoacúsica, Clara decide rastrear qué fue del enigmático ventrílocuo que conoció cuando era una niña y cuál era el secreto que escondía su enfermiza soledad y la relación que tenía con sus muchas voces.
Al no tener un peso en el bolsillo, aquel hombre perdido, lumpen, que convive con una muñeca a la que le pone su voz, es acorralado por el dueño de la mugrienta pensión donde vive, y en su desesperación e impotencia, comete un crimen.
Juan, experto en voces aún sin su amada muñeca, consigue un trabajo como "número vivo" en un cine de barrio, es decir que antes de cada función hace una entrada que le permite juntar los pesos suficientes para sobrevivir.
En esa sala conoce a Ema, la encargada del guardarropa, hipoacúsica, muy bonita y en extremo inocente, que vive con su pequeña hija, y así entre los tres comienza a darse un vínculo imprevisible, sometido a una intriga que estremece.
Pasado y presente se unen, por un lado la locura, por el otro la inocencia, y finalmente el enigma de una niña que, ya grande y ella misma esposa y madre, intentará resolver esa pesada mochila del ayer, con su cuota de mitología.
De golpe, en el presente, el audífono de la fallecida Ema guarda las voces de Juan que hablan de ese pasado que regresa para dar algo de claridad a tanto secreto y oscuridad llevados a cuestas durante tanto tiempo.
"Cuando era chico me intrigaba mucho qué hacían los artistas de los números vivos en los cines entre función y función, y pensaba que se iban a dormir al pullman o a algún rincón escondido, y que después volvían a repetir su patetismo", asegura Torre.
"Era fundamental un actor como Noher para este papel, el de un ventrílocuo que debe ser su propio muñeco en el escenario y al que las voces pueden manejarlo", explica el cineasta que se reconoce amante de los emprendimientos con cierta complejidad.
"El otro gran desafío era encontrar la actriz para el doble papel de hija pequeña y nieta de Ema, en especial porque el de la niña que aparece en el viejo cine tenía una relación de claroscuros con el personaje de Juan, interpretado por Noher", recuerda Torre.
El cineasta indica que "por suerte María Socas me sugirió que tuviera en cuenta a su hija Wanda Brenner, que si bien no había tenido hasta ahora experiencia profesional en la actuación, tenía muchas ganas de interpretarlo y le calzó a la medida".
"El hecho de que tanto Socas como su hija fuesen cercanas a Noher facilitó el hecho de que algunas escenas riesgosas por su trasfondo, fuesen más fáciles de resolver y estoy convencido de que el efecto que buscaba quedó en el resultado", destaca.
Noher, por su parte, apunta que "cuando leí el libro sentí que tenía que `armar` un muñeco y un personaje lejos de mi cotidianeidad, porque me gusta esta cosa camaleónica que nos propone la profesión. Cuando me veo parecido a mi me molesta".
El actor, que en cine supo ser Jorge Luis Borges (en "Un amor de Borges") y en TV una de las figuras centrales de "Gerente de familia", consigna que intentó despegarse de lo físico y tras asesorarse con un auténtico ventrílocuo, “armé `el muñeco`, este tipo absolutamente loco que se convierte él mismo en su muñeco".
"Siempre me fue fácil construir de afuera hacia adentro, a partir de que uno construye el vestuario, un corte de cabello, una postura física, empiezan a sonar cosas adentro, y ayudó mucho que Pablo me diese libertad en este aspecto", confiesa el actor.
"En la película hay algo de homenaje al cine argentino y al cine en general y eso uno lo rescata, porque todos estuvimos en un pullman viendo una peli por la tarde, y me parece original ese aspecto también", reflexiona Noher con nostalgia.
En este momento, Noher termina las grabaciones de "Quitapenas", un programa musical estilo "Glee" que irá por Telefé a finales de julio con Miguel Angel Rodríguez, Silvia Kutika y Natalia Lobo.
"Es un programa que me gusta porque es comedia y además me permite despuntar el vicio de la música", consigna el intérprete.
"Me gusta esa cosa versátil -apunta- que te propone esta profesión de ir cambiando de época y de mundo y, por ejemplo, poder trabajar mucho en Brasil, donde hice 14 películas”.
De cara a su presente laboral, informa que “aquí me queda por estrenar `El amigo alemán`, de Jeanine Meerapfel, donde hago al padre del personaje de Celeste Cid".