Litto Nebbia en 'A Vivir'
Estuvo en "A Vivir" con toda su musica
Félix Francisco (Litto) Nebbia nació el 21 de julio de 1948 en Rosario, provincia de Santa Fe, República Argentina.
Sus padres, músicos ambos, despertaron en él una temprana e inquebrantable vocación artística. Con apenas 8 años de edad, Litto ya contaba con su propio show radial, en el cual cantaba acompañado por un trío de jazzeros amigos de su padre, y realizaba actuaciones por el interior de su provincia natal.
Inspirado por su padre, quien con el seudónimo artístico de Félix Ocampo fue el primer cantante melódico argentino (llegó a actuar con la orquesta típica del maestro Miguel Caló), Nebbia comenzó a componer canciones a los 12 años de edad. Por aquel entonces, estudió con su madre, Martha Corbacho (Martha Denis artísticamente), cantante, concertista de piano, poetisa y guitarrista. Luego de aprender guitarra se inició en el piano. A los 15 años integró el fundacional grupo Los Gatos Salvajes, con quienes grabó su primer disco, lanzado al mercado en 1965. Este álbum, que incluía ya sus primeras composiciones en castellano, marcó un hito, ya que por aquel entonces la música joven imperante a nivel comercial era exclusivamente extranjera. Quizás por esto, pese a algunos éxitos menores, el grupo no logró el reconocimiento que merecía, disolviéndose en 1966. En la actualidad ese album está publicado en Europa y E.E.U.U reconocido como el primer disco de Rock de Autor en Castellano.
Mientras sus antiguos compañeros retornaban a Rosario, Nebbia y el organista Ciro Foglíatta permanecieron en Buenos Aires, afrontando el desafío de plasmar su idea musical: canciones en castellano, novedosas en sonido, ritmo y armonía, que no sólo representaran a su generación sino que refinaran el aletargado esquema de la canción popular de aquellos días.
Así, en 1967 vuelven a escena con un nuevo grupo, Los Gatos, logrando gran éxito no sólo en la Argentina, donde su primer simple ¨La Balsa" vendió más de 250 mil copias, sino en toda Latinoaménca, con sus discos ocupando siempre los primeros puestos de los rankings discográficos de la región. En 1968, reciben el Nipper de Oro, galardón que otorga en USA el sello RCA (actual Sony) a la revelación joven del año.
Tras varios años de éxito, Los Gatos se separan en 1970. Sus seis álbumes son continuamente reeditados y se han convertido en clásicos no sólo del rock en castellano sino de la música popular argentina en general.
La carrera solista de Nebbia comienza en rigor en 1969, un año antes de la disolución de Los Gatos, con la edición de ¨Litto Nebbia¨, su album debut, que incluye clásicos como ¨Rosemary¨, ¨Mujer de los 1000 días¨ y ¨Deja que conozca el mundo de hoy¨. Ya entonces, en esa fase temprana, se revela como un artista sensible e inquieto, reacio a las categorizaciones y a toda restricción genérica o estilística que entorpezca su libertad creativa.
A partir de 1970, ya separado de Los Gatos, profundiza esa tendencia, también pionera entre los artistas del rock local, en álbumes que lo acercan al jazz (¨Nebbia´s Band¨, 1970), al folklore (¨Despertemos en América¨, 1972) y a la melancolía tanguera (¨Muerte en la catedral¨, 1973). En este último álbum inaugura su sociedad artística con el contrabajista Jorge ¨Negro¨ González y el baterista Néstor Astarita, dos prominentes figuras de la escena jazzística, que se extenderá, exilio de Nebbia mediante, hasta comienzos de los ´80, legando obras fundamentales como ¨Melopea¨ (1974), ¨Fuera del cielo¨ (1975) y ¨1981¨ (1981), el álbum del retorno, entre otras.
En 1982 une fuerzas con la excelente agrupación cordobesa Los Músicos del Centro, liderada por los hermanos Juan Carlos y Mingui Ingaramo, y deja otros dos trabajos notables: ¨Llegamos de los barcos¨(1982) y ¨En vivo en Obras¨ (1983). Antes, también en 1982, registra ¨Sólo se trata de vivir¨. La canción que da título al álbum, escrita en México en 1979, se convierte inmediatamente en un clásico, el mayor de su carrera solista, versionado por decenas de artistas de las más diversas extracciones, tanto en la Argentina como en el exterior.
En 1983, con ¨Evita, quien quiera oir que oiga¨, incursiona de lleno en la que será a la postre una de sus especialidades: la composición de bandas sonoras para cine y teatro. El tema central del film, ¨Quien quiera oir que oiga¨, coescrito con su director Eduardo Mignogna, es otro clásico ineludible, emblema de una generación estragada por la dictadura militar del 76-83.
A partir de este momento, mediados de los ´80, la actividad de Nebbia, siempre intensa, se torna febril debido a la proliferación de asociaciones con otros artistas, fenómeno paralelo al de su producción estrictamente individual (en 1983, por ejemplo, publica cinco álbumes, sólo o en colaboración). Rubén Rada, Domingo Cura, Lito Vitale, Facundo Cabral, Cuarteto Zupay, Lucho González, Bernardo Baraj, Luis Borda, Ze Renato, Víctor Biglione, Cacho Tejera, los Hnos.Ingaramo, Los Aviadores y el Septeto Argentino son algunos de los artistas con quienes ha encabezado aventuras discográficos en las décadas del ´80 y ´90.
También paralela a su actividad como compositor e intérprete corre la de productor, iniciada a comienzos de su carrera pero establecida definitivamente en 1988 con la fundación de su propio sello, Melopea, con el cual lleva editados más de 500 álbumes de Música Popular Argentina. A todo esto, como se ha dicho, su carrera ¨normal¨ continúa, con nuevos álbumes de canciones sucediéndose cada año o dos. En 1990 reafirma su compromiso con el tango en ¨Homenaje a Gardel y Le Pera¨ , editado también en Francia y Brasil. Repite en 1995 con ¨Nebbia canta Cadícamo¨, presentado en el Teatro General San Martín con el total apoyo del Maestro.
En 1998 musicaliza el ¨Romancero Gitano¨ de Federico García Lorca y cinco años más tarde hace lo propio con ¨Don Juan Tenorio¨ de José Zorrilla, completando el trabajo que dejara inconcluso el gran Waldo de los Ríos. Siguiendo con los homenajes, lanza entre 1999 y 2002 tres álbumes con personales versiones de temas de los Beatles y uno dedicado a Brian Wilson, alma máter de los Beach Boys. Graba dos álbumes para el sello mexicano Pentagrama y otros tantos para el español Nuevos Medios, que se suman a ¨Pequeño manual de vos y yo¨ aparecido en 1997. En 2004 publica el libro ¨Una Mirada¨, colección de anécdotas y reflexiones acompañada además por un CD con material inédito de diversas épocas. Al año siguiente, luego de más de 15 años de tocar en trío (con César Franov en bajo y Horacio López en batería reemplazado luego por Quintino Cinalli), forma ¨La Luz¨, con Ariel Minimal en guitarra, Federico Boaglio en bajo y Daniel Colombres en batería. Con esta banda registra ¨Danza del corazón¨ (2005), ¨El palacio de las flores¨ (2006, de Andrés Calamaro, producido por Nebbia) ¨The Blues¨(2006) ¨The Blues Parte Dos¨ (2007) y “The Blues” Parte Tres (DVD) (2008).
En 2005 lidera la histórica reunión de Los Gatos Salvajes y en 2007 la de Los Gatos, ambas en conmemoración de los 40 años de su surgimiento, que es también el del Rock de Autor en castellano.
Nebbia es autor de más de mil canciones y editó casi un centenar de álbumes propios. Si a esto sumamos sus participaciones como intérprete, arreglador o productor artístico, ha intervenido en más de quinientos álbumes. Todo esto lo convierte en unos de los artistas más prolíficos internacionalmente. Sus temas han sido grabados por reconocidos artistas: Mercedes Sosa, Roberto Goyeneche, Susana Rinaldi, Luis Alberto Spinetta, Fito Páez, Andrés Calamaro, León Gieco, Ana Belén, Juan Carlos Baglietto, Silvina Garré, Sandra Mihanovich, Facundo Cabral, Adriana Varela, Miguel Cantilo, Leo García, Nito Mestre, Julia Zenko, Frank Pourcell, Domenico Modugno, Nicho Hinojosa, Rubén Rada, Dino Saluzzi, Cacho Tirao, Roberto Fats Fernández, Andrés Calamaro y Horacio Malvicino, entre otros.
La trayectoria de Nebbia ha estado signada, en todas sus etapas, por una permanente necesidad de evolución. Esta necesidad lo ha impulsado, particularmente tras la disolución de Los Gatos, a ampliar su perspectiva musical en todas las direcciones posibles, sin soslayar ningún género ni estilo. Fruto de esta amplitud son sus canciones, de apariencia simple a veces, pero de gran riqueza melódica, armónica y rítmica. Son esas canciones, más allá del contexto musical en que se inscriban, las que definen su personalidad como autor e intérprete y lo tornan inmediatamente reconocible, tanto hoy como en sus comienzos. A través de los años, además, Nebbia ha encarnado como pocos el ideal de la independencia artística, haciendo siempre sólo lo que le gusta, lo que le dicta el corazón, tal como se lo transmitieron sus padres con sabio poder de vocación.