El conductor de Intrusos Jorge Rial abrió las puertas de su intimidad y se sinceró sobre su separación, su vida y su nuevo amor, Mariana Antoniale.

Comenzó por los recuerdos de su infancia, no muy felices, en donde el periodista sufrió una crianza bastante dura.

"Mi vieja me golpeaba con mangueras, con cinturones, con todo. Eso me generó una especie de resentimiento que fue tratando con terapia. Me costó mucho tiempo amigarme con mi pasado", dijo.

Hoy por hoy reconoció que su gran familia son sus dos hijas Rocío y Morena que llegaron a su vida para cambiarlo como hombre.

Jorge señaló varios "clicks" en su vida que le hicieron dar vuelta de timón: uno de ellos fue cuando le pusieron su primer stend, en donde se propuso no hacerse nunca más mala sangre por laburo, y otro, fue durante su cumpleaños número 50.

"Estaba en Nueva York celebrando mi cumpleaños y como pasa en las películas, se me borró el murmullo de la gente y miraba por la ventana cómo nevaba… Y me dije: '¿Qué carajo hago acá? Si no estoy bien acá'".

Su relación de más de 20 años con Silvia D’Auro, que tuvo momentos de alegría, la definió hacia el final como "una relación comercial".

"Con Silvia éramos grandes socios, teníamos una sociedad comercial. Eso lo aprendí, la pareja tiene que ir por un carril y la laburo por otro. Cuando tu hogar termina siendo una oficina o una empresa, se confunden las cosas. Podríamos haber seguido, hasta que alguno dijera que era un infeliz. Y ahí me dije: Yo quiero ser feliz".

"Después pasó solo, ni siquiera buscado. Y cuando surgió la frase (de parte de su esposa): 'Bueno andate', yo ya estaba con el bolso en la mano".