"El peso del amor" pone en riesgo el Pont des Arts de París
El domingo por la tarde, el célebre puente tuvo que ser evacuado: la causa fue el derrumbe de 2,5 metros de rejas sobre la pasarela debido a los "candados del amor".
El peso del amor, que por lo visto existe,estuvo a punto de derrumbar el Pont des Arts de París, obligando a cerrarlo durante unas horas hasta reforzar sus rejas, que cayeron parcialmente por el peso de los candados que colocan los enamorados por doquier.
El domingo por la tarde, el célebre puente -que ofrece hermosas vistas de la Rive Gauche y la Rive Droite de París, ala altura del Louvre- tuvo que ser evacuado: la causa fue el derrumbe de 2,5 metros de rejas sobre la pasarela debido a los "candados del amor".
Al pasar por el puente, donde vendedores ambulantes ofrecen candados por un par de euros, es común que las parejas deenamorados decidan colgar uno de las rejas del puente, arrojando la llave al río en garantía de amor eterno.
El fenómeno -que nació hace menos de una década a partir de una novela del escritor italiano Federico Moccia, "Ho voglia dite" (Tengo ganas de ti)- se extendió rápidamente por todo el mundo.
En la novela, los protagonistas sellan su romance con un candado que cuelgan en el Ponte Milvio, uno de los puentes que cruzan el Tíber, en Roma.
Desde allí, la moda se extendió como reguero de pólvora por Florencia, Venecia, París, Londres y Praga en Europa; por Buenos Aires y Montevideo en Sudamérica; y en hasta remotas ciudades de Oriente.
Ni siquiera la Torre Eiffel, donde recientemente se indicó la presencia del fenómeno, está a salvo de la invasión de candados.
Sin embargo, no a todos les causa gracia ni los conmueve: el afán de sellar el amor con un candado llevó a una invasión de monumentos públicos, como los puentes, que como revela ahora el caso de París llega a poner en riesgo su estructura.
En Venecia, por ejemplo, se formó un grupo llamado "Frente Anarcoléptico Liberemos los Candados Ahora" que convocó mediantelas redes sociales a un "día del corte" para liberar a lospuentes venecianos del peso de los candados.
"Es cierto, somos malos. Que nos llamen 'enemigos del amor' si quieren, pero queremos que Venecia sea una ciudad de piedra y no de metal", afirman los miembros del Frente, preocupados también por las consecuencias que pueden tener las miles de llaves arrojadas al fondo de la laguna.