Al menos 18 muertos en el ataque contra un museo en Túnez cerca del Parlamento
Tres hombres armados intentaron ingresar en el Parlamento y tras un tiroteo se refugiaron en el vecino museo.
Al menos 18 muertos dejó hoy un intento de asalto al parlamento tunecino y la posterior toma de rehenes en el vecino Museo Bardo, donde se refugiaron los asaltantes tras ser descubiertos por la guardia parlamentaria y antes de ser ultimados en la operación de rescate, informaron fuentes oficiales.
"Las fuerzas de seguridad tunecinas han liberado a todos los rehenes que permanecían retenidos en el interior del Museo Bardo, dentro del complejo del Parlamento, tras el ataque perpetrado por varios milicianos y dio por terminada la operación" informó un portavoz del Ministerio del Interior.
Según el vocero dos milicianos y un policía murieron durante la operación de rescate, mientras los medios locales y agencias de noticias cifran en 18 el balance de muertos del ataque, entre los que hay al menos siete turistas extranjeros y un civil tunecino.
Los hechos se desataron cuando guardias parlamentarios intentaron detener -tras advertir que no portaban armas reglamentarias- a tres hombres vestidos de uniforme que intentaban entrar en la Legislatura tunecina, lo que desató un intento de huida de éstos y un intenso tiroteo.
En medio de la balacera los asaltantes - yihadistas según el Ministerio del Interior- se refugiaron en el vecino Museo Bardo donde sostuvieron una toma de rehenes hasta el asalto policial.
Decenas de agentes de las fuerzas de Seguridad habían blindado la zona y cercado el barrio, en el centro de Túnez.
En el momento del intento de asalto al Parlamento, había varias comisiones parlamentarias reunidas, entre ellas la de Justicia, con el titular del Ministerio a la cabeza, informaron fuentes parlamentarias.
Todos los diputados que se encontraban en el interior del edificio fueron evacuados a una misma sala, mientras las Fuerzas de Seguridad y el Ejército implementaban el dispositivo de "alerta máxima de lucha contra el terrorismo".
Túnez ha sido escenario en las últimas semanas de un repunte de la actividad yihadista en la región de Kasserine, en la frontera oeste con Argelia, zona montañosa que utilizan como bastión radicales locales y también otros procedentes del país vecino y otros estados de la zona como Mali, Marruecos o Mauritania.
Desde 2012, decenas de guardias nacionales tunecinos murieron o resultaron heridos en combates o causa de atentados y emboscadas yihadistas en Mont Chambi, escenario el pasado julio del peor ataque islamista sufrido por las fuerzas tunecinas, que causó 15 muertos.
A mediados de febrero, cuatro agentes de la Guardia Nacional de Túnez murieron en un ataque en la región de Kasserine, donde actúan células islamistas afines al grupo Al Qaeda en el Magreb Islamico (AQMI) y a la rama norteafricana del Estado Islámico (EI).
Ese ataque fue reivindicado por Falamage Okba bin Nafa, considerado uno de los tentáculos de AQMI a lo largo de la endeble frontera entre Túnez y Argelia.
La fragilidad de las fronteras con Argelia y Libia concentra las preocupaciones del primer Gobierno pos-transición de Túnez, que ve cómo el yihadismo creció en el país en los últimos años, al abrigo de la incertidumbre política, de cierta inacción durante el gobierno islamista moderado, y de la guerra civil libia.
En la actualidad, Túnez es uno de los países que más nacionales aporta a las filas del EI, con más de 300 tunecinos emigrados a Siria e Irak para unirse a la lucha de Abu Bakr al Bagdadi.