El único que ensayó unas disculpas fue el Gobierno de España, aunque para Bolivia las explicaciones no fueron suficientes.

Según detalló El País, el representante francés ha reconocido que la cancelación de la autorización del vuelo por parte de su país se debió a un “error técnico” al confundir la aeronave de Morales con otra. “Francia ha tomado las medidas necesarias para que un accidente como este no vuelva a ocurrir”. Portugal, por su parte, ha reconocido que suspendió el permiso de vuelo del presidente boliviano un día antes de que éste tuviera lugar y que lo reautorizó de nuevo el 2 de julio, por lo que, sostiene, no infringió ningún tratado internacional, como ha denunciado Bolivia, ni prohibió el acceso a Morales.

El embajador italiano ante la OEA, Sebastiano Fulci, quien ha sido categórico al explicar que su país canceló la autorización cuando comprobó el cambio de plan de vuelo de Morales en dirección a Viena, alegando que es lo que determina la legislación, y que en cuanto recibió la nueva ruta, volvió a otorgar el permiso. “Lamento las críticas injustas y las falsas acusaciones de Bolivia y las rechazo porque no son verdaderas. No es Italia quien debería pedir disculpas a Bolivia sino al revés. Pido que a Italia se la elimine de la resolución salvo que no sea para incluir las disculpas de Bolivia”.

El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, se unió a los reclamos de una mayor explicación de los países europeos implicados en el incidente con el avión del presidente boliviano, Evo Morales, y advirtió que este caso deja una "herida" en las relaciones de Europa con América Latina.

"Sigo pensando que no es calificable como un incidente cualquiera lo que ocurrió el 2 de julio", dijo el jefe de la OEA tras escuchar las explicaciones.

“Es una ofensa grave a un presidente democrático de esta región, es una ofensa grave haberle impedido el paso, es una ofensa grave haberlo obligado a aterrizar de emergencia (en Viena), es una ofensa grave haberlo hecho permanecer ahí, y si efectivamente se le pidió que dijera de nuevo quién iba en el avión, eso es una ofensa grave", zanjó en un tono inusualmente duro.

El secretario general tomó la palabra al término de la primera parte de una reunión extraordinaria de la OEA convocada a petición de Bolivia para discutir expresamente este incidente. Que cuatro países europeos impidieran por diversas razones al mismo tiempo el paso de un avión bajo la sospecha -infundada- de que en él pudiera estar el informante estadounidense Edward Snowden "no puede ser casualidad", subrayó el chileno.

"De pronto, cuatro países cierran su espacio aéreo a un avión. ¿Y esto es casualidad? No, está muy claro que aquí hay un hecho que va más allá de las explicaciones que aquí se han dado, aquí hay un hecho grave que no ha sido aclarado, y eso debe ser condenado o lamentado con energía, no es aceptable", condenó.