Los habitantes de Brisbane, la tercera mayor ciudad de Australia, se despertaron con alivio luego de que la segunda crecida del río del mismo nombre no llegara a su máximo nivel, lo que se temía debido a la conjunción de las fuertes lluvias y la marea alta.

No obstante, las peores precipitaciones de la década han dejado tras de sí una enorme estela de destrucción.

"La situación ha mejorado en los estados que están en el norte de Sidney, donde el agua tuvo una crecida de cinco metros, hay 67 desaparecidos, 13 fallecidos y miles de viviendas afectadas”, informó el periodista Eduardo González Cristóbal, director de radio Austral FM de Sidney.

"Por lo que se denominó un tsunami interior, en tres minutos desapareció un pueblo”, resaltó.