El papa Benedicto XVI dijo en La Habana que "Cuba y el mundo necesitan cambios", pero que éstos sólo se darán "si cada uno está en condiciones de preguntarse por la verdad y se decide a tomar el camino del amor, sembrando reconciliación y fraternidad".

El sumo pontífice católico así lo afirmó en la homilía de la misa que celebra en la plaza de la Revolución de La Habana, lugar de los grandes acontecimientos relacionados con la revolución comunista cubana, último acto de su visita de tres días a Cuba.

El obispo de Roma dijo también que para que la Iglesia ejerza su labor plenamente ha de contar "con la esencial libertad religiosa, que consiste en poder proclamar y celebrar la fe también públicamente, llevando el mensaje de amor, reconciliación y paz que Jesús trajo al mundo".

Benedicto XVI exigió el derecho a la libertad religiosa y dijo que cuando la Iglesia pone de relieve ese derecho "no está reclamando privilegio alguno, pretende ser sólo fiel al mandato de Cristo, sabedora de que donde Cristo se hace presente el hombre crece en humanidad y encuentra su consistencia".

"Es de reconocer con alegría que en Cuba se han ido dando pasos para que la Iglesia lleve a cabo su misión insoslayable de expresar pública y abiertamente su fe. Sin embargo, es preciso seguir adelante, y deseo animar a las instancias gubernamentales de la Nación a reforzar lo ya alcanzado y a avanzar por este camino de genuino servicio al bien común de toda la sociedad cubana", agregó.

El santo padre añadió que el derecho a la libertad religiosa, tanto en su dimensión individual como comunitaria, manifiesta la unidad del ser humano, que es ciudadano y creyente a la vez. El papa agregó que es también legitimo que los creyentes ofrezcan una contribución a la edificación de la sociedad.