La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, declaró “zona de calamidad” a la región montañosa de Rio do Janeiro arrasada por la lluvia y los aludes.

La jefa de Estado envió al Ejército a asistir a la población por las inundaciones y derrumbes que causaron la muerte de casi seiscientas cincuenta personas.

Por Continental, el cónsul general de la Argentina en Rio do Janeiro explicó que “el deslizamiento de tierras es el factor que más inconvenientes provocó”.

“Las lluvias continuaron. En algunos puntos hay contacto terrestre, pero en otros no hay conexión con los puentes”, informó Eduardo Mallea.

La mayoría de las víctimas murió tras las precipitaciones de la madrugada del miércoles pasado, como consecuencia de los deslizamientos que sepultaron cientos de viviendas construidas en las faldas de las montañas de la llamada región serrana de Rio do Janeiro.

Sin embargo, un nuevo deslizamiento el domingo en Brejal, una vereda de la ciudad de Petrópolis, causó tres nuevas muertes y actualizó la amenaza de nuevos derrumbes.

Además, se prevé que la zona siga recibiendo fuertes lluvias al menos hasta el jueves.

Muchas familias de áreas en riesgo decidieron seguir las recomendaciones de la Defensa Civil y abandonaron las áreas más elevadas y próximas a las cimas de las montañas.