La situación no podía ser peor para un joven obrero de la provincia china de Hunan. Un tremendo accidente con un taladro le provocó una amputación de una de sus manos. Pero lo que parecía ser una situación irreversible terminó en un éxito médico: un grupo de cirujanos salvó su mano al reimplantarla en su brazo, luego de que durante un mes la mantuvo en una de sus piernas para que le continúe irrigando sangre.

La decisión médica de los profesionales chinos se debió a que Xiao Wei había tenido una herida muy grave que no permitía reimplantarla directamente en su brazo. Entonces lo hicieron en uno de sus tobillos y así permitieron que siga la irrigación sanguínea hacia sus dedos.

Los médicos aguardaron unos 30 días y, entonces, operaron al joven durante nueve horas para que vuelva a tener su mano en su lugar. Ahora el muchacho deberá hacer un complejo proceso de rehabilitación y esperar que le sirva para recuperar el movimiento de sus dedos, señala el diario local Xiaoxiang Chen Bao.

El caso recuerda a uno de ese mismo país, en septiembre, en el que un grupo de médicos le implantó una nariz en la frente a un paciente para luego trasplantarla por la suya infectada.