Después del alto el fuego, volvieron los combates en el este de Ucrania
El presidente ucraniano decidió golpear los bastiones prorrusos; otra advertencia de Putin a Occidente.
Los indicios de una paz potencial duraron poco. Tras diez días de tregua unilateral, el ejército ucraniano volvió a golpear ayer los bastiones separatistas en el este del país, mientras el presidente ruso, Vladimir Putin, advertía al gobierno de Kiev que "deberá pagar por los crímenes contra la población civil".
Al menos nueve civiles murieron ayer tras la ofensiva lanzada por el gobierno de Petro Poroshenko contra los insurgentes de Donetsk y Lugansk, tras la decisión del mandatario ucraniano de no prorrogar el alto el fuego, que había encendido la esperanza de que la calma comenzara a dominar la región después de cuatro meses de violencia.
Poroshenko informó que sus fuerzas retomaron un puesto en la frontera ocupado por los separatistas prorrusos en Lugansk. "Se trata de la primera victoria del ejército ucraniano tras la reanudación de los combates", dijo Poroshenko.
El presidente ucraniano había anunciado previamente, en un dramático mensaje a LA NACION, que su plan de paz para intentar resolver la crisis que atraviesa Ucrania estaba siendo utilizado por los separatistas para reagruparse y abastecerse de armas pesadas procedentes de Rusia. "Después de examinar la situación, he decidido, en mi calidad de comandante de las fuerzas armadas, no prorrogar el alto el fuego unilateral", dijo el mandatario prooccidental.
"Los líderes separatistas demostraron la falta de voluntad e incapacidad para controlar las acciones de las unidades terroristas", añadió.
Al mismo tiempo, el presidente de la Rada Suprema (Parlamento), Oleksander Turchinov, informaba de los combates en la apertura de la sesión legislativa. "Las fuerzas armadas conducen ataques contra las bases de los terroristas", dijo Turchinov a los parlamentarios.
Fuentes citadas por medios de prensa rusos indicaron que varios disparos impactaron en dos ómnibus de línea, donde murieron un chofer y una pasajera. Por su parte, el director de Resistencia Informativa, Dimitri Timchuk, informó que se produjeron ataques con aviones y artillería contra posiciones de los grupos prorrusos. En tanto, un soldado ucraniano resultó herido por disparos realizados por un francotirador en Tarani, en la región de Donetsk.
Las milicias prorrusas abatieron una torre de transmisión de televisión en el monte Karachun, cerca de Slaviansk, informaron medios de prensa en Kiev. Además, dos periodistas rusos resultaron heridos en un ataque con morteros lanzado cerca del puesto de frontera de Izvarino, en la región de Lugansk, según el canal Ren TV, donde trabajan los dos reporteros.
Por su parte, el gobierno ucraniano denunció que grupos separatistas secuestraron a dos periodistas de la emisora de televisión de Kiev Gromadske en la región de Lugansk. El ministro del Interior ruso, Arsen Avakov, dijo que se dispuso la creación de un grupo especial para la liberación de los periodistas.
Mientras tanto, grupos separatistas lanzaron un ataque contra el comando regional de la policía de Donetsk, donde murió al menos un agente y dos resultaron heridos, según Kiev.
La decisión del gobierno de Kiev fue duramente criticada por Putin. En un encuentro con embajadores rusos reunidos en Moscú, el mandatario lamentó el fin de la tregua en el este de Ucrania.
Putin subrayó que con su decisión de no prolongar el alto el fuego Poroshenko asumió, por primera vez, la "responsabilidad política" total por el derramamiento de sangre en su país. "Hasta ahora, Petro Alexevich [Poroshenko] no tenía vínculo directo con el comienzo de las operaciones militares. En adelante, asume completamente esa responsabilidad. No sólo desde un punto de vista militar, sino también político", declaró Putin, en su discurso anual de política exterior.
"La guerra no es el camino correcto para resolver el conflicto en el este de Ucrania", señaló el presidente ruso, quien alertó sobre la amenaza que supone para la población rusohablante la nueva ofensiva militar de Kiev, y dijo que el Kremlin defendería los intereses de los ciudadanos de origen ruso en el exterior.
Putin denunció que Occidente ejerce presión sobre su país con sanciones y que se lo apremia a rebajar los precios de los suministros de gas a Ucrania, a pesar de que existen contratos que también fueron reconocidos por tribunales en Kiev.
"Al igual que en tiempos de la Guerra Fría, Occidente busca la confrontación y no la cooperación", continuó Putin. "Espero que el pragmatismo prevalezca y que los occidentales abandonen sus ambiciones y comiencen a construir relaciones sobre un principio de igualdad (?) La política independiente de Rusia no gusta realmente a los que siguen pretendiendo tener un papel excepcional", agregó, en alusión a Estados Unidos.