Un poderoso terremoto de magnitud 7,3 golpeó frente a la costa de Vanuatu, causando destrucción en la nación insular del sur del Pacífico. Las comunicaciones estaban interrumpidas, pero comenzaron a llegar informes de testigos sobre víctimas a través de redes sociales. 

El terremoto ocurrió a una profundidad de 57 kilómetros y fue seguido por una réplica de magnitud 5,5. No estaba claro cuánto daño había causado debido a las interrupciones de los sistemas de monitoreo. La población fue instada a mantenerse alejada de las costas hasta que se restablecieran los sistemas de monitoreo.

Dan McGarry, periodista en Port Vila, informó de al menos un fallecimiento y vio a personas heridas en camillas. Los números de teléfono de la policía y otras agencias no conectaban, y se reportaron daños en varios edificios, incluido uno que colapsó sobre autos. Un edificio que alberga misiones diplomáticas, incluidas las de Estados Unidos y Reino Unido, sufrió daños, pero no hubo reportes de personal diplomático desaparecido. Todos los vuelos fueron cancelados por razones de seguridad.