La presidenta del Brasil, Dilma Rousseff, anunció que no asistirá a la inauguración del Mundial 2014 que se llevará a cabo en el Arena Corinthians de San Pablo el próximo jueves.

Rousseff quiere evitar posibles disturbios o que su presencia motive silbatinas del públicoen la fiesta inaugural y en el primer partido entre Brasil y Croacia. En su lugar hará acto de presencia el ministro de Deportes Aldo Rebelo.

San Pablo es una de las ciudades de Brasil donde las protestas sociales contra el Mundialsiguen con mucha fuerza: una huelga en el subte paraliza la ciudad desde la semana pasada y hubo nuevos enfrentamientos entre policías y manifestantes.
Además, Rousseff le pidió a los brasileños que reciban a los visitantes de todo el mundo de manera"calurosa y respetuosa".