Los últimos soldados estadounidenses abandonaron hoy Irak con destino a Kuwait, poniendo fin al retiro total de este país que invadieron hace cerca de nueve años.

El 20 de marzo de 2003, las fuerzas estadounidenses penetraron masivamente en Irak para derrocar al antiguo dictador Sadam Husein, que sería ejecutado posteriormente.

Según el gobierno estadounidense, más de 1,5 millones de soldados norteamericanos participaron en la operación. Unos 4.500 murieron y más de 30.000 resultaron heridos.

Sólo permanecerán en Irak 157 soldados norteamericanos encargados de entrenar a las fuerzas iraquíes y un contingente de Marines para proteger la embajada de Bagdad.