El Ejército sirio bombardeó hoy la ciudad de Hama y ocupó su plaza central en el cuarto día de sitio y ataque en ese bastión opositor y en el quinto mes de una revuelta popular contra el gobierno, que parece aferrarse cada vez a la represión, pese a renovadas presiones internacionales.

Un activista dijo que el Ejército cortó además la luz y las líneas telefónicas de la ciudad central, lo que, sumado a la prohibición de la cobertura periodística de la revuelta, dificultaba aún más el conocimiento de la situación y la ya de por sí casi imposible verificación independiente de los sucesos.
"Todas las líneas fueron interrumpidas, el régimen está aprovechando la concentración de los medios en el proceso contra Mubarak para dar a Hama el golpe de gracia", dijo un residente en una comunicación por teléfono satelital, en referencia al juicio que comenzó hoy en Egipto contra el ex presidente Hosni Mubarak.

Unas 100 personas ya murieron en Hama desde el inicio de la ofensiva militar, el domingo pasado, aunque la cifra exacta es difícil de establecer y constatar, según activistas opositores. Grupos de derechos humanos sirios dicen que unas 1.700 personas, en su mayoría civiles desarmados, murieron y más de 12.000 fueron detenidos por la represión desde que comenzaron las protestas contra el presidente Bashar Al Assad, a mediados de marzo.