El gobierno francés pidió no entrar en pánico tras una serie de ataques
El presidente Francois Hollande descartó que los ataques tengan vinculación entre ellos y con el terrorismo.
Hollande calificó la serie de ataques -el último de ellos ayer en Nantes donde diez personas resultaron heridas por un hombre que estrelló su camioneta contra un puesto del mercado de Navidad- como "graves y preocupantes", pero insistió en que los mismos "no tienen relación entre sí" y los atribuyó a "desequilibrados".
"No hay aparentemente relación entre ellos pero sí una concomitancia que justifica una gran vigilancia", declaró desde la isla de Saint-Pierre-et-Miquélon, donde se encuentra de visita oficial.
Hollande calificó la serie de ataques -el último de ellos ayer en Nantes donde un hombre estrelló su camioneta contra un puesto del mercado de Navidad y diez personas resultaron heridas- como "graves y preocupantes", pero insistió en que los mismos "no tienen relación entre sí" y los atribuyó a "desequilibrados".
A pedido de Hollande, el primer ministro Manuel Valls presidió hoy una reunión interministerial para analizar los últimos sucesos y la "amenaza terrorista" sobre Francia.
Durante esta reunión, el gobierno acordó fortalecer la vigilancia con motivo de las fiestas navideñas y confirmó que sumará entre 200 y 300 efectivos más al refuerzo que ya se hizo la semana pasada de las 780 patrullas militares desplegadas en lugares públicos.
"La mejor respuesta (a los ataques) es seguir viviendo tranquilamente, aunque por supuesto con la necesaria vigilancia", dijo Valls a la emisora Europe1, tras reconocer las "inquietudes legítimas" de la población y negar que las autoridades "minimicen" los riesgos, como afirma el partido de derecha antieuropeísta y antiinmigratoria Frente Nacional (FN).
"Hay que proteger al público, a los franceses, a pocas horas de la Navidad, pero también a los agentes públicos, objetivos declarados de ciertos movimientos terroristas", advirtió una vez finalizada la reunión.
Valls agregó que el terrorismo es "el mayor desafío de nuestra época", pero debe combatirse "con sangre fría" y determinación, para no "ofrecer la victoria del miedo a quienes quieren quebrantar la democracia".
El ataque de ayer en Nantes se produjo en un clima de tensión en Francia, después de otros dos registrados en diversos puntos del país al grito de "Alá es grande" el pasado fin de semana.
El primero se produjo el sábado en Joué-lès-Tours, a 250 kilómetros al sur de París, cuando el agresor, que acabó siendo abatido por las fuerzas del orden, entró con un cuchillo de cocina en la comisaría y agredió al agente que estaba en el mostrador de la recepción y a otros dos que acudieron en su ayuda.
El segundo ataque fue cometido en Dijon, en el este de Francia, donde un individuo atropelló de forma voluntaria a 13 personas. La Fiscalía descartó de inmediato la motivación "terrorista" o religiosa y atribuyó el ataque a un desequilibrio psiquiátrico grave del agresor.
La intervención militar francesa contra el grupo islamista Estado Islámico (EI) en Irak, ordenada por Hollande, le valió a Francia reiteradas amenazas yihadistas llamando a matar franceses en cualquier rincón del mundo.
A fines de septiembre, el alpinista Hervé Gourdel fue decapitado en Argelia por un grupo ligado a EI.