El ministro israelí de Defensa se disculpó ante Kerry
Tras los reproches del premier Netanyahu y del presidente Péres, Moshé Yaalón se disculpó ante el secretario de Estado de Estados Unidos por tildarlo de "mesiánico" y "obsesivo".
"El ministro de Defensa no tuvo la intención de ofender al secretario de Estado y se disculpa si éste se ofendió por palabras atribuidas al ministro", indica un comunicado del Ministerio israelí de Defensa difundido la pasada medianoche. Yaalón protagonizó ayer uno de los peores escándalos en las relaciones entre los dos países este último año, al publicar el principal diario local que el titular de Defensa creía que Kerry "debía dejar en paz" a Israel y que no entendía de cuestiones de seguridad.
"En realidad, no ha habido negociaciones entre nosotros y los palestinos en todos estos meses, sino más bien entre nosotros y los norteamericanos. Lo único que podría `salvarnos` es que a John Kerry le den un Premio Nobel y nos deje en paz", expresó supuestamente Yaalón. El diario no indicaba dónde ni cuándo fueron realizadas, únicamente que las hizo en una reunión de allegados y coincidieron con uno de los recientes viajes del secretario de Estado a la región este último año para mediar entre israelíes y palestinos.
También expresó Yaalón su desconfianza hacia las propuestas en materia de seguridad que actualmente evalúa Kerry, y entre ellas las relacionadas con el futuro del fronterizo Valle del Jordán, que Israel considera vital para su seguridad. Afirmó, que el secretario de Estado norteamericano "se presenta aquí decidido y actuando desde una obsesión fuera de lugar y un fervor mesiánico: no puede darme lecciones sobre el conflicto con los palestinos".
En su escueta disculpa Yaalón no desmiente haber hecho las polémicas declaraciones y se limita a aclarar que "Israel y Estados Unidos comparten el mismo objetivo en fomentar la paz entre Israel y los palestinos, de la mano de Kerry. Apreciamos sus muchos esfuerzos para alcanzar ese objetivo".
Medios locales informan hoy que la nota sigue a las presiones del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y del Departamento de Estado de norteamericano, que ayer consideró que las palabras atribuidas al ministro constituían una ofensa y una muestra de desprecio hacia quien "trabaja día y noche para intentar propiciar una paz segura para Israel".