Benedicto XVi se mostró hoy seriamente preocupado. Durante su tercera visita a España, el Papa dijo que hay "un verdadero rechazo al cristianismo" y que se han perdido las raíces de la religión, "Hay un eclipse de Dios", sentenció.

"Se constata una especie de eclipse de Dios, una cierta amnesia, más aún, un verdadero rechazo del cristianismo'', dijo el Papa durante el segundo día de su visita en Madrid. "Una negación del tesoro de la fe recibida con el riesgo de perder aquello que más profundamente nos caracteriza'', se preocupó.

En su tercera visita a España el Papa hace hincapié en la prédica que revela la mayor preocupación de su pontificado: la pérdida de las raíces cristianas en Europa. No es de extrañar que España, una nación que fue bastión del catolicismo y paladín de la Contrarreforma que combatió los embates de la revolución protestante, sea el país que más ha visitado en sus seis años en el trono de Pedro.

El Papa se dirigió a unas 2.000 jóvenes religiosas congregadas en el monasterio de El Escorial, a las afueras de Madrid, una imponente construcción renacentista del siglo XVI ordenada por el rey Felipe II, que actualmente sirve de panteón para los reyes de España y en la que también residen monjes de la orden de San Agustín.

Con alusiones similares a las de ayer, en las que exhortó a Europa a no perder su identidad cristiana, Benedicto XVI pidió a las religiosas consagradas que ejerciten la "radicalidad evangélica" para hacer frente a la "mediocridad y el relativismo''.

"La radicalidad evangélica es estar arraigados, edificados en Cristo y firmes en la fe", explicó.

Benedicto XVI llegó a El Escorial en el Papamóvil arropado por centenares de jóvenes católicos que asisten estos días a la Jornada Mundial de la Juventud. Después del encuentro con las religiosas, se dirigió unos 1.500 miembros de la comunidad universitaria, entre profesores y alumnos.

El Papa recordó sus años como joven profesor de teología en la Universidad de Bonn, en Alemania, tras la Segunda Guerra Mundial. Y pidió a docentes y estudiantes que recuperen la pasión de una universidad genuina, que busquen el camino hacia la verdad'', que, afirmó, es el camino de la "inteligencia, del amor, de la razón y de la fe".

El pontífice criticó el modelo de educación "utilitarista'', que se dedica exclusivamente a formar profesionales competentes y eficaces que satisfagan la demanda laboral en cada preciso momento.

"Sabemos que cuando la utilidad y el pragmatismo inmediato se rigen como criterio principal, las pérdidas pueden ser dramáticas", señaló.

"Desde los abusos de una ciencia sin límites, más allá de ella misma, hasta el totalitarismo político que se aviva fácilmente cuando se elimina toda referencia superior al mero cálculo del poder", amplió.