El Papa habló este viernes a la tarde en la Universidad Católica de Lovaina, que cumple 600 años de existencia y es una de las principales razones de su visita a Bélgica. Desde allí agradeció al cuerpo académico por haberse convertido “en un espacio de acogida para muchos refugiados que se han visto obligados a huir de sus tierras, en medio de incontables peligros, enormes dificultades y sufrimientos a veces atroces”.