El miércoles, el Vaticano presentó un nuevo ritual para las exequias papales, una reforma promovida por Francisco que busca mayor sencillez. Una de las principales modificaciones es el reemplazo del tradicional triple ataúd de ciprés, plomo y roble por uno simple de madera. 

Entre las innovaciones, destaca que la constatación de la muerte ya no se realizará en la habitación del difunto, sino en su capilla privada. Además, el cuerpo del papa será expuesto a los fieles en la basílica de San Pedro dentro de un ataúd abierto.

El "Ordo Exsequiarum Romani Pontificis", aprobado a finales de abril, reemplaza la edición anterior y enfatiza que las exequias son las de un pastor y discípulo de Cristo, según Monseñor Diego Ravelli. Francisco expresó su deseo de ser enterrado en la basílica de Santa María la Mayor y "El lugar ya está preparado". 

A pesar de problemas de salud, continúa viajando; en septiembre realizó un extenso viaje a Asia y Oceanía. Desde su elección en 2013, Francisco ha promovido la simplicidad y cercanía con los fieles, eligiendo vivir modestamente.