El pasado verano boreal, marcado por incendios en el Mediterráneo, hundimiento de carreteras en Texas y olas de calor en China, fue el más cálido de los últimos 2,000 años, según un reciente estudio. Este período, comprendido entre junio y agosto, marcó las temperaturas más altas registradas desde 1940, siendo un fuerte indicio del impacto del cambio climático.