El gobierno del estado de Río de Janeiro llevó a cabo una extensa operación policial en diez favelas de la zona oeste de la ciudad con el objetivo de contener la violencia generada por enfrentamientos entre traficantes y milicias parapoliciales en la región. Unos 2.000 agentes de la Policía Militar, Policía Civil y otras fuerzas de seguridad participaron en esta incursión en favelas como Ciudad de Dios, Gardenia Azul y Río das Pedras, cercanas al exclusivo barrio de Barra da Tijuca. 

La operación, que aún no tiene una fecha de finalización establecida, busca poner fin al conflicto armado entre el tráfico de drogas y las milicias en esta parte de la zona oeste de Río, según declaraciones del gobernador Claudio Castro. El gobernador afirmó que se trabajará para restaurar el orden en la región, la cual ha sido disputada por el grupo narcotraficante Comando Vermelho y las milicias parapoliciales. 

A pesar de la presencia policial en favelas como Ciudad de Dios, la mañana transcurrió sin enfrentamientos y la población continuó con sus actividades cotidianas. Las operaciones policiales en las barriadas de Río son habituales, con enfrentamientos armados entre la policía y los traficantes, lo que pone en peligro a la población. Sin embargo, expertos critican la eficacia de este enfoque, argumentando que tiene un impacto limitado en las organizaciones criminales. 

Según el Mapa Histórico de los Grupos Armados de Río de Janeiro, elaborado por el instituto Fogo Cruzado y la Universidad Federal Fluminense, en 2023 el Comando Vermelho controlaba aproximadamente el 51,9% de los territorios de Río de Janeiro y su región metropolitana bajo influencia de algún grupo armado. La zona oeste de Río ha sido históricamente el territorio de las milicias parapoliciales, grupos armados que extorsionan a los habitantes a cambio de "protección", controlan servicios básicos y, en años recientes, se han involucrado en el tráfico de drogas y armas.