Europa busca contener la islamofobia y crece la polémica por la nueva edición de Charlie Hebdo
Los gobernantes de Francia y Alemania advirtieron hoy contra estigmatizar a los musulmanes y denunciaron la intolerancia de la que son objeto.
En Francia, en tanto, dos de los más conocidos dibujantes de Charlie Hebdo y otras tres víctimas de los atentados islamistas de la semana pasada en París fueron enterrados hoy en ceremonias privadas, ocho días después del ataque a ese semanario satírico en represalia por publicar caricaturas del profeta del islam.
Largas colas volvieron a formarse hoy en los kioscos de toda Francia para comprar el nuevo número publicado ayer por la revista, cuyo millón de ejemplares, adicionales a los tres millones vendidos en minutos en el primer día, otra vez volvió a agotarse rápidamente.
La publicación de otra caricatura de Mahoma en su portada desató condenas, quejas y protestas en países del mundo musulmán, con Turquía encabezando los cuestionamientos por el "insulto" al profeta y señalando que la "libertad de expresión y de prensa no pueden confundirse con la libertad de difamación".
El papa Francisco también agregó hoy su voz al debate, al afirmar que la libertad de expresión tiene sus límites y que no se puede provocar ni ofender a ninguna religión ni someterla a burlas, reiterando que matar en nombre de Dios es inaceptable.
Un total de 20 personas murieron entre el miércoles y el viernes de la semana pasada en París y sus cercanías en una serie de ataques islamistas que comenzaron con un atentado a Charlie Hebdo y culminaron con la muerte de tres agresores en operativos policiales coordinados.
Los atentados conmocionaron al mundo y en especial a Europa, donde los líderes políticos intentan hacer un equilibrio entre la necesidad de combatir la amenaza islamista y la de contener un augue de movimientos islamofóbicos, como el alemán Pegida, cuyas marchas semanales atraen cada vez a más personas.
En Francia, dos movimientos de ultraderecha, Resistencia Laica y República, convocaron hoy a una marcha el próximo domingo en el centro de París para "echar a los musulmanes" del país y bajo el slogan "Todos unidos contra el islam".
En este clima cada vez más caldeado, el presidente francés, Francois Hollande, dijo hoy que los musulmanes "son las primeras víctimas del fanatismo, el fundamentalismo y la intolerancia" y que las personas de fe islámica "tienen los mismos derechos y obligaciones que todos los ciudadanos" y deben ser protegidas.
"Debemos rechazar la estigmatización. Quiero que los musulmanes que viven en Francia se puedan sentir unidos, protegidos y respetados como ellos mismos deben respetar a la República", afirmó Hollande en la sede del Instituto del Mundo Árabe de París.
En Berlín, durante una intervención ante el Parlamento, la canciller alemana, Angela Merkel, advirtió contra el ostracismo de los musulmanes que viven en el país, en vistas de las protestas que desde hace tres meses realiza Pegida, que el lunes pasado juntó a 25.000 personas en su mayor marcha hasta ahora.
"Cualquier marginación de los musulmanes, cualquier sospecha es inaceptable", dijo, prometiendo a continuación que "como canciller, pongo a los musulmanes de Alemania bajo mi protección".
Sin embargo, desafió a los líderes religiosos islámicos a preguntarse por qué se perpetran actos de violencia en nombre de su fe tan a menudo, y agregó que esta es una cuestión importante que está planteando mucha gente.
Entre las cinco víctimas del ataque a Charlie Hebdo enterradas hoy en Francia en ceremonias privadas estuvieron el dibujante Georges Wolinski, de 80 años y considerado el rey de los caricaturistas franceses, y Bernard "Tignous" Verlhac, de 57 años, ambos muertos por los dos hermanos que atacaron las oficinas del semanario.
También fueron sepultados una psicoanalista que trabajaba en la revista, un policía a cargo de la seguridad del semanario y el economista Bernard Maris, que escribía en la publicación.
Para mañana están previstos los entierros del director del semanario, Stéphane Charbonnier, más conocido como 'Charb', del dibujante Honoré y del corrector de la revista, Mustapha Ourrad.
La publicación del nuevo número de Charlie Hebdo desató malestar y protestas en varios países musulmanes, donde la representación de Mahoma se considera altamente ofensiva.
La rama de Al Qaeda en Yemen, donde se sabe que se entrenaron los hermanos Said y Cherif Kouachi, los atacantes de Charlie Hebdo, reivindicó ayer el atentado al semanario con un video en el que su líder dijo que se trató de una venganza por las caricaturas.
Los talibanes de Afganistán condenaron hoy la publicación de Charlie Hebdo y elogiaron a los Kouachi.
En Pakistán, el Parlamento aprobó hoy una resolución en la que advirtió que las caricaturas de Mahoma "son intentos deliberados de incitar a la violencia", que dan "chances a los terroristas de capitalizar sentimientos públicos" de los musulmanes.
Varias protestas contra la revista fueron realizadas ayer en países musulmanes, desde Pakistán y Turquía hasta Mauritania y las Filipinas.
Un tribunal de Turquía ordenó ayer bloquear sitios de Internet que publiquen la portada del nuevo número de Charlie Hebdo, mientras que Senegal prohibió la distribución de la revista y del diario francés Libération, que también puso una caricatura de Mahoma en su portada.
El primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, calificó hoy la nueva tapa de Charlie Hebdo como una "abierta provocación" y dijo que su país no tolerará "insultos" al profeta.
"La libertad de prensa no debe confundirse con la libertad de difamación", señaló.
Luego de los atentados, Francia desplegó a 15.000 soldados y policías en todo su territorio para custodiar sitios judíos y prevenir nuevos atentados.
Ayer, Francia envió a Medio Oriente un portaaviones para profundizar su participación en la ofensiva aérea en Irak contra el grupo islamista Estado Islámico (EI), que elogió los ataques en París y al cual se declaró fiel uno de los agresores.