Víctor Hugo entrevistó en Bolivia a Evo Morales.

Por Continental, el presidente del país altiplánico recordó su infancia y su vida desde humilde trabajador cocalero hasta asumir la primera magistratura.

En La Mañana, recordó que su padre “era muy trabajador, no existían paros ni feriados. Por eso pudo comprarse una casa. Antes dormíamos en el suelo”.

El líder socialista confesó que “nunca asumí ser presidente. Ahora creo en los sueños y en el destino”.

E insistió en uno de sus peculiares juicios, al recordar que “el exceso de Coca Cola hace mal a la salud”.

En otro orden, el líder del Movimiento Al Socialismo lamentó las tomas de tierras de parte de sus conciudadanos, en referencia a los sucesos del Parque Indoamericano.

Sin embargo, recordó que “los bolivianos deben trabajar en la Argentina” y agradeció “esa posibilidad que le da a mis ‘paisanos’”.

Además, agradeció “a Cristina Fernández y Néstor Kirchner la implementación del Programa Patria Grande”, por el cual se legaliza la situación de sus conciudadanos indocumentados que viven en la Argentina.

En el orden internacional, celebró que, “después de más de cien años, se vuelva a instalar con Chile el tema de una salida al mar” para Bolivia.

Tras formar, bajo el liderazgo del militar argentino Andrés de Santa Cruz, la Confederación Peruano-Boliviana a mediados del siglo XIX, en la denominada Guerra del Pacífico con el país trasandino, Bolivia perdió toda salida al mar.

Evo Morales le dedicó un párrafo aparte a la pueblada que generó su decreto quitando subvenciones al precio de los hidrocarburos, para restañar la fuga de dinero que genera el hecho de que mucha gente entre desde países limítrofes a comprar combustible, que está mucho más barato en Bolivia.

"La nivelación del precio de carburantes era necesario hacerla. Todos lo reconocen. Simplemente no era el momento. La subvención viene del año 97, del general Hugo Banzer, y el decreto en que se basa viene de 1988, de un gobierno liberal”, destacó.

Evo reconoció que cuando asumió en 2006 no le dio “mucha importancia” al tema de la subvención de los hidrocarburos. “Ocurre que va creciendo la frontera agrícola. Para mecanización y más cultivo, se requiere diésel. Van creciendo nuestras pequeñas industrias, y necesitan diésel. Ocurre que también los carros, ilegalmente, entran (para comprar más barato desde otros países) y crece el contrabando”, alertó.

“El objetivo no es cuidar nuestra imagen, sino proteger la economía nacional”, enfatizó Morales, y remarcó que la medida pretendía engrosar la recaudación fiscal para usar esos ingresos en mayores obras públicas para apuntalar directamente las actividades económicas que han florecido en ese país en los últimos años como nunca antes en la historia de Bolivia.