Francisco pidió "no perder la confianza"
El Sumo Pontífice encabezó la ceremonia, una de las más importantes de la Semana Santa, en la basílica de San Pedro. Durante la celebración de la victoria de Jesús sobre la muerte, apuntó que "en la tristeza está la muerte". Además, bautizó a cuatro jóvenes.
El ex arzobispo de Buenos Aires presidió hoy la "liturgia de la luz", tal como la definió el vocero del Vaticano, Federico Lombardi. Durante la homilía, Francisco exhortó a no perder la confianza ante las dificultades.
"No nos encerremos en nosotros mismos, no perdamos la confianza, nunca nos resignemos", dijo. "Los problemas, las preocupaciones de la vida cotidiana tienden a que nos encerremos en nosotros mismos, en la tristeza, en la amargura", añadió, y advirtió: "Es ahí donde está la muerte".
En ese sentido, Francisco llamó a no "cerrarnos a la novedad", porque ésta "transforma".
La ceremonia comenzó a las 16:30, con la basílica de San Pedro a oscuras; tanto el Sumo Pontífice como los cardenales vestían de blanco y llevaban velas.
Una vez encendido en el atrio el cirio pascual, una gran vela que simboliza a Cristo resucitado, y que sirve para alumbrar las velas de los fieles, se inició la procesión del Papa y sus ministros hasta el altar mayor, momento en que se encendieron las luces del templo.
"Es la celebración más rica y quizá la más bella" de la Semana Santa, había anticipado Lombardi.
Por decisión del Papa, la liturgia de la vigilia pascual duró media hora menos de lo habitual, ya que se simplificó la lectura del Antiguo Testamento.
En la ceremonia, el Papa administró los sacramentos -bautismo, confirmación y primera comunión- a cuatro jóvenes procedentes de Italia, Albania, Rusia y Estados Unidos.