Determinaron que “un hombre perturbado” fue quien prendió fuego la sacristía de la iglesia de La Sagrada Familia en Barcelona, obra del genial arquitecto catalán Antoni Gaudí declarada Patrimonio de la Humanidad.  El foco ígneo obligó a un millar y medio de turistas a desalojar el sitio.

El sujeto es “un indigente de cincuenta y cinco años, al parecer con problemas mentales”, y fue detenido por turistas que presenciaron cómo el hombre comenzaba a quemar las vestimentas de los sacerdotes.

La sacristía, una cripta de cuarenta metros cuadrados, quedó calcinada, lo mismo que su mobiliario y la indumentaria de los religiosos que se guardaba allí.