"Simplemente hemos manifestado nuestra preocupación por las expresiones de este personaje (Nealon) contra el proceso boliviano, pero luego quedaron congeladas las gestiones, no se las llegó a culminar formalmente y no se retomó el tema", afirmó Carlos Romero, ministro boliviano de Gobierno, en declaraciones a El Deber.

El funcionario se refería a un discurso pronunciado por el diplomático contra los gobiernos de Bolivia y Venezuela cuando era embajador en Perú. Al informar que el trámite para su nombramiento "no se llegó a concluir", reconoció que la relación entre Bolivia y Estados Unidos "es cada vez más complicada", y que de poco sirvió hasta ahora el acuerdo que firmaron en noviembre de 2011 los dos países para normalizar sus relaciones.

El quiebre se produjo en septiembre de 2008, cuando el presidente Evo Morales expulsó del país a Philip Goldberg, el entonces embajador estadounidense. La medida fue replicada por Washington, que echó a Gustavo Guzmán, el máximo representante boliviano en Estados Unidos.

La situación escaló pocos meses después, cuando Morales expulsó a la DEA, la agencia antinarcóticos norteamericana.

Tras el fallido intento de acercamiento de 2011, el gobierno boliviano retomó su postura más dura y, en mayo pasado, anunció la salida de la oficina de cooperación internacional Usaid.

Pero la tensión llegó a su pico máximo en los últimos días, luego de que Morales fuera retenido durante casi 17 horas en el aeropuerto de Viena, Austria, porque varios países europeos no le permitían sobrevolar sus espacios aéreos ante la sospecha de que llevara consigo a Edward Snowden.

El mandatario acusó a Washington de presionar a sus socios para no dejarlo volar, lo que suscitó que, en respuesta, mencionara la posibilidad de directamente cerrar la embajada de Estados Unidos en Bolivia.