Tras casi un mes de violentos enfrentamientos en la Franja de Gaza, Israel anunció ayer la destrucción total de los túneles que utiliza Hamas para atacar su territorio y aceptó una tregua de 72 horas propuesta por Egipto, que empezará a regir a partir de hoy.

Presionado por sus aliados de Occidente y preocupado por la creciente tensión en Jerusalén y Cisjordania, Israel parece entrar así en una nueva fase de su ofensiva, con menos presencia militar en Gaza y operativos menos intensos. Hasta ayer, el conflicto dejó más de 1850 palestinos y 67 israelíes muertos.

"Los contactos de Egipto con las diferentes partes desembocaron en la obtención de una tregua de 72 horas en Gaza, que comenzará a las 8 [hora local], y en un acuerdo para que el resto de las delegaciones vengan a El Cairo para llevar a cabo negociaciones", anunció ayer un responsable egipcio. Poco después, tanto Israel como Hamas confirmaron la información.

Representantes de grupos palestinos como Hamas y Jihad Islámica sostuvieron ayer su primera reunión formal en El Cairo con mediadores egipcios para presentar sus demandas clave para poner fin a la violencia, que ha desplazado a más de un cuarto de los 1,8 millones de habitantes de Gaza y destruyó cerca de 3000 viviendas.

Inmediatamente después de la reunión, Egipto le presentó a Israel las demandas, que incluyen un alto a las hostilidades, el retiro de las fuerzas israelíes de Gaza y un fin al bloqueo al empobrecido enclave, junto con la liberación del algunos prisioneros.

El gabinete de seguridad del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, aceptó la propuesta egipcia, dijo un funcionario que habló bajo condición de anonimato.

A pesar de esta nueva tregua, que en otras ocasiones fue violada a las pocas horas de comenzar, Israel dijo que aún no se retirará por completo de la Franja de Gaza, si bien inició una retirada parcial de sus tropas en tierra. "No nos iremos, nos quedaremos en la Franja. Todavía hay muchas más misiones por cumplir", declaró el vocero del ejército, Moti Almoz, después de haber anunciado que "todos los túneles localizados fueron destruidos".

Si bien la destrucción de los túneles de Hamas era uno de los objetivos centrales de la operación Barrera Protectora, el primer ministro israelí, declaró ayer que "la campaña en Gaza continúa" y que "sólo acabará cuando se hayan restablecido de forma prolongada la calma y la seguridad de los ciudadanos de Israel".

También el ministro de Defensa israelí, Moshe Yaalon, advirtió que a pesar del repliegue de muchas de las unidades terrestres israelíes de Gaza la ofensiva no terminó. "Terminará cuando se hayan alcanzado un cese del fuego total y un acuerdo sobre la suspensión del lanzamiento de misiles", dijo.

Ayer, de hecho, tras un breve alto el fuego unilateral de siete horas, y en medio de la creciente reprobación internacional a su ofensiva, el ejército israelí reanudó por la tarde su operación militar en Gaza, luego de que militantes palestinos lanzaran cohetes y granadas de mortero contra territorio israelí. Alrededor de 23 palestinos murieron, una cifra menor en comparación con días anteriores. Israel, además, permitió a algunos de los cientos de miles de palestinos desplazados regresar a sus casas.

El grupo Jihad Islámica, estrecho aliado de Hamas, anunció ayer que su comandante en el Norte, Daniel Mansur, murió durante un ataque israelí a su casa.

El clima de tensión en Gaza llegó ayer a Jerusalén, donde se registró la primera víctima mortal en un ataque en más de tres años.

Un joven palestino a bordo de una excavadora volcó un colectivo a mediodía y mató a un judío ortodoxo. La policía, que abatió al atacante, calificó el ataque de "terrorista". Poco después, un motociclista abrió fuego contra un soldado en otro punto de Jerusalén y le causó graves heridas.

Israel lanzó la operación militar en Gaza el 8 de julio como respuesta al secuestro y asesinato de tres adolescentes y al recrudecimiento del lanzamiento de misiles de Hamas. Desde entonces, efectuó más de 4600 ataques aéreos en ese territorio densamente poblado.