Italia alberga el mayor número de "comisarías" chinas no oficiales de una red de más de 100 en todo el mundo, según afirma un informe de un grupo español de derechos civiles.

La ciudad de Milán, en el norte de Italia, fue supuestamente utilizada por dos autoridades locales de seguridad pública chinas como campo de pruebas europeo para una estrategia policial para monitorear a la población china en el extranjero y obligar a los disidentes a regresar a casa.