Kiev y Moscú acordaron pasos para establecer la paz
El presidente de Rusia, Putin, presentó un plan de paz para el conflicto en el este de Ucrania, poco después de conversar telefónica con su colega ucraniano, Poroshenko.
El plan del líder ruso insta a las partes a poner fin a cualquier acción ofensiva en el territorio de las regiones de Donetsk y Lugansk, y señala que las tropas ucranianas deben retirarse de las inmediaciones de todos las ciudades a una distancia que impida su cañoneo con artillería.
Además, contempla el control internacional del alto el fuego, el intercambio de retenidos y prisioneros mediante la fórmula de "todos por todos", la apertura de corredores para los refugiados y la ayuda humanitaria, la prohibición de bombardeos aéreos y el envío de especialistas para la reparación de infraestructura.
"Quiero subrayar que esta declaración se hace como resultado de nuestra conversación telefónica con el presidente Poroshenko", explicó Putin durante una visita a Mongolia, según informaron las agencias rusas desde Ulán Bator.
El anuncio del presidente ruso se produjo luego de un confuso intercambio de declaraciones oficiales entre Moscú y Kiev, que temprano anunció un "alto al fuego permanente", tras la charla telefónica sostenida entre Putín y Poroshenko.
Poco después, el portavoz de Putín, Dimitri Peskov, negó categóricamente la existencia de un acuerdo sobre este punto, argumentado que Rusia "no es parte en el conflicto", según informó la agencia de noticias Ria Novosti.
Un nuevo comunicado publicado en la web presidencial ucraniana señala que durante la conversación los dos mandatarios llegaron a un acuerdo sobre "el régimen del alto el fuego" en la región de Donbas, donde se encuentran Donetsk y Lugansk, y ambos coincidieron "sobre los pasos que facilitarán el establecimiento de la paz".
Poco después de la corrección oficial realizada desde el gobierno ucraniano, Putin, expuso a pinceladass gruesas el plan de siete puntos que en su opinión debe ser acordado por los dos bandos enfrentados para poner fin al derramamiento de sangre en el este de Ucrania.
Los dichos de Putin, cuyo país viene sosteniendo que lo que sucede en el este de la ex república soviética es un conflicto interno, se producen en el marco de una exitosa ofensiva militar de los rebeldes -que hoy incluyó la recuperación del control del estratégico aeropuerto de Donetsk, tras recuperar ayer el de Lugansk- y una semana después que Poroshenko decidiera disolver el Parlamento y convocar a nuevos comicios para el 26 de octubre.
Mientras el presidente ucraniano busca reducir la tensión, el primer ministro, Arseni Yatseniuk, denunció que Rusia es un "Estado terrorista" y anunció la construcción de una muralla en la frontera común para crear un "verdadero" límite entre los dos países.
Para Yatseniuk, la propuesta de Putin es un "intento de embaucar a la comunidad internacional" para evitar las nuevas sanciones de Occidente contra Moscú.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en tanto, quien se encuentra de visita en Tallín, Estonia, acusó a Rusia de "agresión" en Ucrania, consideró "demostrada" la presencia militar rusa en el vecino país y apoyó la continuación de la efectiva política de sanciones contra Rusia, país al que acusó -además- de "ignorar los intentos de resolver diplomáticamente la crisis".
Obama llegó ayer a Estonia para demostrar a los tres países bálticos (Estonia, Letonia y Lituania, miembros de la OTAN desde 2004) el "compromiso inquebrantable" de Washington con el principio de defensa colectiva de todos los miembros acuñado en el artículo 5 del bloque militar occidental.
La OTAN, que inicia mañana en Newport, Gales (Reino Unido), una de sus cumbres más complejas -con el conflicto en Ucrania repletando la agenda- tiene previsto en tanto dar luz verde a la creación de una fuerza de "varios miles" de soldados que podrá desplegarse en cualquier país en "muy pocos días".
La nueva fuerza de alta disponibilidad, a la que contribuirán los aliados por rotaciones y que el secretario general de la Alianza, Anders Fogh Rasmussen, calificó como "punta de lanza" de la actual Fuerza de Reacción Rápida (ya en pie de hasta 13.000 efectivos), forma parte del Plan de Acción que aprobarán en respuesta directa a lo que la Alianza califica como "la agresión rusa en Ucrania", pero pensado para que la OTAN pueda responder "a todos los desafíos de seguridad, con independencia de donde surjan", es decir también desde el flanco sur, como han reclamado España, Italia y Grecia, según fuentes militares aliadas.
Rasmussen hizo hincapié en que estas medidas de refuerzo respetarán el pacto con Rusia de 1997, conocido como el Acta Fundacional del Consejo OTAN-Rusia, que restringe el despliegue de tropas aliadas de forma permanente en los países del Este y restó importancia al hecho de que no haya bases permanentes.
"Tendremos una presencia de la OTAN más visible en el este el tiempo que sea necesario", dijo. "No estamos hablando de nada permanente, estamos hablando de rotaciones de tropas el tiempo que sea necesario", precisó una fuente de alto nivel aliada.
El Kremlin calificó este plan de la Alianza Atlántica como "una amenaza".
En el frente diplomático, la Comisión Europea planteó hoy a los Estados miembros restringir a las compañías de defensa y energía controladas por el Estado ruso la posibilidad de financiarse en los mercados de capital europeos y no limitarlo como ahora a los grandes bancos públicos rusos; esto afectaría a empresas como Rosneft y Gazprom.
El bloque continental ya prohibió a fines de julio que los ciudadanos o empresas de la UE compraran y vendieran nueva deuda, acciones o instrumentos similares financieros con antigüedad que supere los 90 días emitidos por los bancos rusos controlados por el Estado, pero la nueva propuesta, que fue circulada ayer a las capitales europeas, reduciría la antigüedad a los 30 días, indicó el Financial Times.