Con esta delegación, que mañana participará de una audiencia con los negociadores, suman 60 las víctimas -de las guerrillas, de los paramilitares y de agentes del Estado- que aportaron su testimonio al proceso de paz.

Algunos de los nombres generaron críticas de sectores que consideran que faltaron más víctimas de las FARC y cuestionan la presencia de Córdoba, quien fue secuestrada por paramilitares en 1999 y en 2010 fue destituida e inhabilitada por 18 años para ejercer cargos públicos, acusada de tener contactos con la guerrilla.

Sin embargo, el director de la Oficina de la ONU en Colombia, Fabrizio Hochschild, afirmó hoy que en la selección ha habido "una representación fuerte de víctimas de la guerrilla", si bien destacó que "en un país polarizado alrededor de un conflicto hay diferentes versiones de lo que constituye un equilibrio".

En este sentido, reseñó que la elección se hizo con base en una serie de foros en los que se concluyó que en la mesa de paz deberían ser escuchadas las cuatro grandes demandas de las víctimas: verdad, reconocimiento, reparación y garantía de no repetición.

Una de las críticas sobre la selección, que está a cargo de la Oficina de la ONU y la Universidad Nacional con el apoyo de la Conferencia Episcopal, procedió de parlamentarios víctimas de las FARC como Clara Rojas, secuestrada junto a Ingrid Betancourt en 2002, que esta semana reclamó por su exclusión.

Hochschild afirmó que se tomó "la decisión temprana" de no incluir a miembros del Congreso en activo debido a su intensa actividad política. No obstante, sí han tomado parte en este último viaje María Susana Portela, alcaldesa de Florencia, capital del departamento del Caquetá, en el sur del país.

Igualmente destaca la presencia en la comitiva de Magda Correa de Andreis, cuyo hermano, el profesor universitario y defensor de los derechos humanos Alfredo Correa de Andreis, fue asesinado en 2004, crimen por el que la justicia condenó al ex jefe paramilitar Rodrigo Tovar Pupo, alias "Jorge 40", extraditado a EEUU, y a Jorge Noguera, ex director la extinta central de inteligencia colombiana.

Con ellos viajaron también una religiosa, sindicalistas y defensores de los derechos humanos, entre otros.

Sobre el caso de Piedad Córdoba, que dirige el Movimiento Colombianos y Colombianas por la Paz, Hochschild dijo que fue seleccionada porque "es un personaje político", sobre quien no se "puede desconocer los hechos victimizantes que ha tenido que vivir en su vida".

Al hacer un balance sobre la participación de esas 60 personas en los diálogos que se iniciaron hace dos años, el director de la ONU destacó que en ningún otro proceso similar se ha intentado "de una manera tan sistemática incluir las voces de las víctimas".

"Eso de por sí muestra un reconocimiento, el hecho de que en esa mesa las primeras delegaciones oficiales que se reciben sean de las víctimas. Es un reconocimiento de lo que han sufrido y (una oportunidad de) reparar a las víctimas", concluyó.

También en este último ciclo se debatirá sobre el género. En ese contexto, las FARC afirmaron que la presencia de mujeres en la mesa de negociación es "imprescindible" para garantizar una visión de género en los acuerdos de paz y diseñar una "legislación específica" que garantice su participación "plena y eficaz" en la toma de decisiones.

La insurgencia señala que Colombia está "en deuda" con sus mujeres, ya que ellas han padecido el conflicto armado "más intensamente que el resto de la nación", por lo que considera que deben ser "sujetos políticos y sociales de transformación y construcción de la nueva Colombia en paz".

En esa línea, un grupo de seis mujeres expertas en cuestiones de género también participará en La Habana en la subcomisión creada dentro del proceso de paz para tratar este enfoque.

Por su lado, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, agradeció hoy el respaldo internacional al proceso de paz en Cuba a su llegada a Ecuador, donde iba a mantener un encuentro con su par, Rafael Correa.

"El apoyo suyo, presidente Correa, que ha sido determinante y decidido desde el primer momento", le dijo Santos al presidente ecuatoriano, al recordar que "siempre ha estado ahí presente" con "una generosidad que yo agradezco de todo corazón pues nos han permitido avanzar como hemos venido avanzando".

Poco antes de partir de su país, el presidente agradeció públicamente el respaldo del gobierno estadounidense a las conversaciones, que no fue otra cosa que la reiteración de un apoyo hecho público un año atrás."Tener el respaldo tan claro y contundente de Estados Unidos después de haber recibido el respaldo que recibimos de Europa, es algo que para el proceso es muy importante", manifestó Santos.

En noviembre, Santos hizo una visita a seis naciones europeas en busca de apoyo, en particular económico, al proceso de paz.