Los milicianos se retiran de Slaviansk
Luego de 3 meses, se trasladaron hacia Kramatorsk después de que las tropas ucranianas lograran arrebatarle el control de la ciudad, uno de los bastiones de la sublevación.
Las milicias separatistas que permanecían atrincheradas en Slaviansk desde hace tres meses se trasladaron hoy hacia la vecina Kramatorsk luego de que las tropas ucranianas lograron arrebatarle el control de la ciudad, uno de los bastiones de la sublevación.
"Slaviansk está controlada por las fuerzas del orden ucranianas. Esta madrugada, los milicianos se vieron obligados a abandonar la ciudad. Dirigentes de la República Popular de Donetsk confirmaron esa información”, comunicó el Canal 1 de la televisión rusa.
Anteriormente, el alcalde popular de Slaviansk, Vladimir Pavlenko, declaró que un convoy de milicianos logró romper el bloqueo militar y abandonó la ciudad con destino a Kramatorsk. El presidente ucraniano, Petro Poroshenko, ordenó izar la bandera ucraniana en Slaviansk e informó a través de Facebook que los rebeldes abandonaron la ciudad acorralados por el fuego de las tropas ucraninas "que destruyeron un tanque y cuatro blindados de los rebeldes”.
Numerosos testigos citados por varios medios ucranianos aseguran que los insurgentes llegaron a Kramatorsk con casi todos sus efectivos y medio centenar de vehículos y blindados. Asimismo, el ministro del Interior de Ucrania, Arsen Avakov, informó que los milicianos abandonaron Slaviansk. “íEstán huyendo! Inteligencia comunicó esta madrugada que (Igor) Guirkin (alias Strelkov, comandante de los milicianos) y el grueso de los insurgentes huyeron de Slaviansk”, aseguró en Facebook.
Sin embargo, el mando de los milicianos comunicó que un grupo reducido de los separatistas permanece en Slaviansk y se propone seguir resistiendo, según la agencia de noticias RIA Novosti. El Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania indicó por su parte que los combates en la ciudad continúan y que “aún está por confirmar” si Strelkov abandonó Slaviansk.
Kiev lanzó a mediados de abril una operación especial contra las milicias independentistas de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, en el este de Ucrania, que se rebelaron contra las autoridades centrales tras el cambio de gobierno en febrero pasado y anunciaron más tarde su secesión.
El pasado 20 de junio, el presidente ucraniano Poroshenko declaró un alto el fuego que se prolongó hasta el 1 de julio, día en que se reemprendió la operación militar. Mientras duró la tregua, Kiev y las milicias se acusaron de haberla violado en múltiples ocasiones.
Las fuerzas ucranianas expulsaron ayer a los separatistas de Nikolayevka, última ruta de abastecimiento que tenían los milicianos atrincherados en Slaviansk, en la que permanecen aún alrededor de 45.000 de sus 120.000 habitantes. Por otro lado, uno de los líderes de los sublevados, Andrei Purgin, informó hoy que las consultas entre representantes de Kiev y los separatistas en el llamado grupo de contacto, integrado además por Rusia y la OSCE, aún es posible.
"A pesar de un nuevo giro en la confrontación y la salida de los milicianos de Slaviansk, la celebración de consultas para resolver la situación en el este de Ucrania es posible" con la mediación de Rusia y la OSCE, recalcó Purgin citado por la agencia Interfax. Hoy concluye el plazo acordado por Kiev, Moscú, París y Berlín para celebrar la tercera ronda de consultas entre el gobierno ucraniano y los separatistas que podría cristalizar en nuevo alto de fuego en el este de Ucrania.
Poroshenko ofreció ayer a los sublevados celebrar hoy mismo la reunión y quedó a la espera de que otros miembros del llamado grupo de contacto tripartito (Ucrania, Rusia, OSCE y los separatistas) confirmen hora y lugar para el encuentro. El presidente ucraniano accedió a negociar con los rebeldes e incluso a declarar un cese de hostilidades duradero, al que ha puesto tres condiciones: su cumplimiento por los sublevados, la liberación de todos los prisioneros y el establecimiento del control sobre la frontera ruso-ucraniana, con la cooperación de Rusia y bajo la vigilancia de la OSCE.
En un aparente cambio de rumbo, Poroshenko ya no exige a los separatistas la rendición total como única condición para poner fin a la operación militar lanzada por Kiev contra los insurgentes que actúan en las regiones de Donetsk y Lugansk, como sí hacía en su plan de paz presentado el pasado mes de junio.